Revista Sociedad

Cárceles cinco estrellas

Publicado el 19 enero 2010 por Antoniopampliega

Cómo en la vida para ser preso también hay que tener estrella. Los hay que bien hacinados con otros diez reclusos más en celdas habilitadas para dos personas, otros tendrán que compartir jabón con otros cien y los más afortunados podrán dormir sobre el duro y frío suelo cubiertos con una harapienta mantita llena de pulgas mientras escucha como a sus compañeros de celda les castañeando los dientes por culpa del frío. Esta descripción no es fruto de ninguna película de Hollywood- aunque ellos han utilizado cárceles semejantes para describir lo horroroso que es. En el 99% de los países del Tercer Mundo, las cárceles no tienen nada de idílico. Cientos de hombres son afinados en espacios donde no entrarían más de 20. La mayoría morirá en menos de cinco años por disentería, cólera, gripe o cualquier enfermedad contagiosa… Ser preso en los países en vías de desarrollo no es ningún chollo… Esto lo podríamos aplicar a aquellos que son pobres como ratas. Porque, como dije al principio, como todo en la vida… las cosas son cuestión de estrella.

En Indonesia, con dinero, puedes vivir mejor que fuera de la propia cárcel. Las cárceles del país del sudeste asiático ofrecen todo tipo de comodidades a sus ‘clientes más chics’. Desde Aire acondicionado en el interior de las celdas- y créanme que en estas latitudes la humedad es un suplicio- hasta karaoke para ser el más popular del módulo pasando por baño privado- todo un lujo- cocina e incluso tratamiento de belleza facial para las ‘coquetas’…

El escándalo se destapó cuando un grupo de trabajadores del gobierno, encargados de luchar con la corrupción penitenciaria, realizó una visita por sorpresa a la cárcel de mujeres de Pondok Bambu, en Yakarta. Los miembros del operativo recibieron un soplo que advertía de favores a la adinerada empresaria Artalyta Suryani- encarcelada desde 2008 por evasión de impuestos y sobornar a un fiscal del Estados.

El grupo anticorrupción sorprendió a la empresaria haciéndose un tratamiento facial en su propia celda. Pero el escándalo es mucho mayor, ya que Suryani estaba ubicada en un pequeño ‘apartamento’ de 64 metros cuadrados con aire acondicionado, televisión de plasma, frigorífico y cama de matrimonio.

La magnitud de la noticia es de tal envergadura que el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Patrialis Akbar, ha tenido que dar la cara ante la opinión pública. “Tenemos que evitar que se levanten pequeños reinos en las cárceles. Muchos de estos funcionarios han trabajado en la misma prisión durante cinco o incluso diez años. Es el momento de cambiarlos”, ha afirmado.

Pero todo esto ha sonado a excusa a la población que ven como los reos más acaudalados del país- condenados en su mayoría por delitos económicos- viven mejor entre rejas que ellos fuera de ellos. Y es que el 40% de los indonesios sobreviven con menos de 1,4 euros diarios y sus viviendas- es decir chabolas levantadas con cartones y deshechos- no cuentan con una televisión de plasma para ver las ‘telenovelas’.

El Gobierno ha prometido depurar responsabilidades y luchar sin cuartel contra las mafias carcelarias. Este escándalo ha dejado al descubierto que hay dos clases de presos; los pobres- hacinados en habitáculos de 20 metros cuadrados- y los ricos- los que cuentan con todo tipo de comodidades. El dinero puede convertir una penosa estancia entre rejas algo más llevadera dependiendo de la cuenta corriente del reo. La primera cabeza en rodar corresponde a Sarju Wibowo, responsable de la cárcel de Pndok Bambu; además se han establecido rotaciones periódicas entre los funcionarios de prisiones para evitar los favoritismos…

Pero todo esto suena muy bien y sería efectivo… pero no en Indonesia. El caso de Artalyta Suryani es sólo uno más en la larga lista de favoritismos. Uno de los más sonados fue contra Hutomo Mandala Putra- hijo mejor del ex dictador Suharto. Mandala fue encarcelado tras ordenar el asesinato de un juez del Tribunal Supremo… El hijo del ex dictador sólo cumplió cinco años de condena- salió por buena conducta- recluido en una celda especial que contaba con sirviente.

Hasta para ser preso se tiene que tener suerte.


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