Revista Opinión

Caretas fuera

Publicado el 30 junio 2010 por Javierm

Los trabajadores del Metro de Madrid, pese a la manipulación rastrera y torticera de los medios de incomunicación de masas, todos ellos, están dando una lección de dignidad al conjunto de la clase  trabajadores.

Y eso ha hecho que a más de uno se le caiga la careta:

A la Comunidad de Madrid y al Ayuntamiento de Madrid. Responsables absolutos de la situación creada, que no negociaron los servicios mínimos, sino que pretendieron imponer los mismos (el 50%) que ya había resuelto una sentencia de la Audiencia Nacional declarándolos abusivos. No contento con esto, y pese a la advertencia de los sindicatos convocantes, no informaron ni reforzaron las vías alternativas al Metro que si existen en Madrid. Pretendían con ello no sólo doblar la voluntad de los sindicatos, sino desprestigiarles ante la opinión pública. Les ha salido mal y por eso hoy Esperanza Aguirre arremete como posesa inventándose una conjura de ZP contra ella en forma de conspiración política para que al menos sus acólitos tengan una excusa argumental.

Pero no sólo hay que señalar a la Presidenta de la Comunidad. El apoyo vergonzante que ayer le dio Rubalcaba ofreciéndoles los medios policiales que hicieran falta para reventar la huelga y las declaraciones de Pepe Blanco pidiendo cumplir la Ley sólo a la parte de los trabajadores (ha obviado que un convenio también es ley y hay que respetarlo, pero lo mismo es porque él se ciscó no hace mucho en e de los controladores), demuestra que en esta situación de crisis, de recortes, de tijeretazos, de reformas vergonzantes, el Partido Popular y el Partido Socialista van de la mano.

Y si algo temen estos dos es la unidad de los trabajadores. Por eso están intentando con todos sus medios que la huelga de los trabajadores de Metro no prenda la mecha del ejemplo.

El poder ha calificado esta huelga de salvaje. Cuando los mercados imponen su voluntad para reducir el estado del bienestar a su antojo. Cuando imponen a los gobiernos políticas de sacrificio para los demás en forma de planes de Estabilidad, le llaman responsabilidad.

Pues va siendo hora de ser salvajes. Porque está demostrado que los derechos de los trabajadores se conquistan. No se negocian. Y al igual que los Servicios Mínimos de la Comunidad de Madrid, el Capitalismo (si, esa palabra que les suena a siglo XIX a los neoprogres) también impone sus servicios mínimos a la sociedad. Y también son abusivos.


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