Revista Cultura y Ocio

Carina Sedevich (15): Como segando un cariño oscuro (d):

Publicado el 27 noviembre 2014 por David David González
El otro día en uno de los correos que nos cruzamos, Carina Sedevich mencionó algo sobre la muerte que me sugirió estas dos cuestiones:
¿Escribes para alejar a la muerte de ti? ¿Te asusta la muerte?
Carina Sedevich (15): Como segando un cariño oscuro (d):Fotografía de Laura Bellomo

"Escribo para evitar que al miedo de la muerte se agregue el miedo de la vida", dicen que dijo Augusto Roa Bastos. No suelo pensar en la muerte. Sí tengo miedo, un miedo muy específico que para mí encarna ese "miedo de la vida" al que se refiere Roa Bastos: el miedo a la ausencia del sentido. El ser humano se pasa la vida masticando sentido, lo sepa o no. No podemos pensar el mundo ni a nosotros mismos, no podemos pensar nada, si no conseguimos asir, organizar y anudar de alguna forma los delgados y escurridizos hilos del sentido. Dar sentido a la vida y a la muerte es la tarea de todos los días. El lenguaje nos sirve para eso.
Escribir es la forma que encontré para ejercer mi condición humana, para sobrevivir en este mundo. Con las herramientas precarias e imprecisas de mi lengua me sostengo, ordeno signos para construir el sentido. Soy consciente de que todo trabajo sobre el lenguaje es, apenas, el sustento de una gran ilusión. A veces puedo verme desde fuera de mí, levantando día y noche un castillo de naipes de palabras para guarecerme. Entonces pienso en mi escritura como en un síntoma que alivia y estabiliza, como lo es el delirio para un loco.
Cioran dijo que "un libro es un suicidio aplazado". Creo que es cierto: para mantenerse vivo hay que inventar el modo de sentirse capaz de comprender y representar la vida. No puedo concebir un mejor modo que el arte para hacerlo.
Carina Sedevich (15): Como segando un cariño oscuro (d):                                                        Fotografía de Laura Bellomo.

En la hora en que es preciso escribir.Hay que salvar el díade hundirse. Hoyvale por tantas tardes que vi pasarcallando. Hoyno es más triste que otras vecesesta hora.No es mayor la soledadsino más viejacomo si nadie nunca hubiera estado.El hueso del silencioconocido y raspado por mis manos.El hueso de ser unasola, durante todo el trecho.El hueso de haber sabido siempre.
Sin embargo tuve la duda del amor...Se me ofreció en alguna de sus formasy vi salir el sol por el oestey palpitar la tierray edulcorarse el mar.Hallé que el frío no cortabaque ciertas flores supurabanme senté bajo un sauce para oírloy me aburrí.Me decía siempre que de míhuían las felicidades.Me llamaba siempre inmerecida.
Entonces tuve la deuda del amor.Y no hay camellos que alcancen para esoni arena caminadani las piernas, ni las vulvas entregadas.Nada de esopaga la estafa del amor.
No hay agua sobre la cuál escribirtantas partidas.Me quitaron lo que nunca tuvey siempre supe que no había tenido.Me dieron y me rapiñaron el hueso de mi soledad.
Carina Sedevich en Como segando un cariño oscuro (Ediciones llantodelmudo, 2012).

Carina Sedevich (15): Como segando un cariño oscuro (d):                                                                     Fotografía de Laura Bellomo.

Volvemos el próximo domingo con otra entrega de la poesía de Carina Sedevich. Mientras, si te apetece, puedes leer las otras entradas sobre esta formidable poeta argentina:

CARINA SEDEVICH 1      CARINA SEDEVICH 2      CARINA SEDEVICH 3
CARINA SEDEVICH 4      CARINA SEDEVICH 5      CARINA SEDEVICH 6
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