De las islas Canarias de donde recogió a José Saramago, la muerte se ha trasladado a la ciudad de México para llevarse a Carlos Monsiváis.
A Carlos se le despide con el respeto que se merece de mi parte y quedaré con el remordimiento de no haberle leído en vida uno de sus libros o ensayos, algunas de sus columnas si las visité, pero me parecía una escritura difícil, sería por su melancolía o por su humor, pero nunca me sentí cómodo leyendo algo de Monsiváis, supongo que esto es lo de menos pues el escritor tenía un cúmulo de admiradores.
Descanse en paz este gran escritor mexicano…