Carme Guasch nació en Figueres en 1928 y murió en Badalona (Barcelona) en 1998. Publicó los libros de poesía Vint-i-cinc sonets i un dia, Pràctica de vida y Amat amic.
En narrativa, destacan Situacions insulars y El llit isabelí.
Es autora, asimismo, de la autobiografía Trena de cendra.
Recibió numerosos premios, entre otros, el Ciutat de Olot de poesía y el Víctor Català de novela.
CUARTOParís era un cuarto.
El amor era un cuarto
con mariposas amarillas
sobre las paredes pálidas.
París era una lluvia
encubridora y lasa,
llenando de estrellas fugaces
la noche desenlunada.
El amor era una lluvia
de palabras que nos inventábamos
y cálidas ternuras
sobre la piel extática.
París era un viejo sueño
arañado al alba,
con manos como mariposas
inhábiles, que ensayaban
osados trayectos
sobre la sangre en llamas.
La noche era un cuarto
minúsculo, perdido,
enorme, desbordado,
insomne, tembloroso,
silente, extenuado.
El mundo era un cuarto.
El mundo éramos nosotros.
No lo miro: me mira.
Si intento ignorarlo
él me impone, tenaz, mi imagen,
que capto de reojo.
Entonces es necesario que me enfrente
abiertamente.
Identifico una a una las arrugas,
valoro la opacidad de los ojos,
cuantifico flacideces, rictus, marcas,
y evalúo, imparcial,
la visión devastada.
He vivido. Y he llorado.
Acepto, finalmente,
el rostro que el espejo me certifica.
A veces, también, si estoy de suerte
y cierro un poco los ojos,
veo su sombra detrás de mí
que me besa, sin rodeos.
Si provo d'ignorar-lo
ell m'imposa tenaç, la meva imatge,
que copso de reüll.
Llavors cal que m'hi enfronti
obertament.
Identifico d'una en una les arrugues,
valoro l'opacitat dels ulls,
quantifico flaccideses, rictus, sécs,
i avaluo, imparcial,
la visió devastada.
He viscut. I he plorat.
Accepto, finalment,
el rostre que el mirall em certifica.
De vegades, també, si estic de sort
i acluco un xic els ulls,
veig la seva ombra al meu darrera
que em besa, de bursada.
La luna, cándida,
extiende un velo de novia de silencio
sobre los campos insomnes.
La noche se ha vestido de ceremonia
con brillos ingrávidos.
Intrusa y solitaria,
contemplo la nupcial liturgia,
mientras un estallido de envidia
me llena de lava
todos los volcanes del alma.
estén un vel de núvia de silenci
damunt dels camps insomnes.
La nit s'ha vestit de cerimònia
amb lluentons ingràvids.
Intrusa i solitària,
contemplo la nupcial litúrgia,
mentre un esclat d'enveja
m'omple de lava
tots els volcans de l'ànima.