Tres crímenes -dentro de miles- quedaron grabados en la memoria de todos los chilenos durante la dictadura: las osamentas aparecidas en los hornos de Lonquén, el caso Degollados, y el asesinato del joven fotógrafo Rodrigo Rojas De Negri, quien junto a Carmen Gloria Quintana fueron quemados vivos por una patrulla militar el 2 de julio de 1986. Rodrigo murió. Carmen Gloria corrió mejor suerte: pese a las heridas logró recuperarse y contar su verdad al mundo, e incluso al Papa Juan Pablo II, quien visitó Chile en 1987.
Originalmente publicado en URBESALVAJE:
Entrevista
por Hugo Dimter. Dibujo de Alonso Salazar “Loncho”. Fotos Vicaría de la Solidaridad.
Tres crímenes -dentro de miles- quedaron grabados en la memoria de todos los chilenos durante la dictadura: las osamentas aparecidas en los hornos de Lonquén, el caso Degollados, y el asesinato del joven fotógrafo Rodrigo Rojas De Negri, quien junto a Carmen Gloria Quintana fueron quemados vivos por una patrulla militar el 2 de julio de 1986. Rodrigo murió. Carmen Gloria corrió mejor suerte: pese a las heridas logró recuperarse y contar su verdad al mundo, e incluso al Papa Juan Pablo II, quien visitó Chile en 1987.
Posteriormente estudió psicología, se casó y formó una maravillosa familia asentándose en Canadá. Urbe quiso contactarla y -con la madurez de los años transcurridos- saber su opinión sobre el Chile actual y los cambios que pide parte de la sociedad. El escenario es el mismo; sólo los actores…
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