Revista Coaching

Carnaval, carnaval

Por Soniavaliente @soniavaliente_

Cuando estudiaba en la Facultad se le quedaron dos cosas grabadas a fuego del Medievo: el Memento Mori que desprendían la mayoría de las obras de esa época (literarias, pictóricas, con su consiguiente poder igualatorio de la Muerte) y el Carnaval, como máxima expresión de huida hacia delante de una sociedad feudal cercana al esclavismo y sometida por la religión.

El Carnaval era un festín de la carne, una oportunidad de ser otro, “un todo vale” en el imaginario colectivo. En definitiva, una vía de escape. Lúdica y sexual. Por eso, le da mucha risa pensar que las cenas de empresa son el nuevo Carnaval del siglo XXI. Si se piensa, es una de las pocas tradiciones que, pague quien pague, se mantiene contra crisis y marea. Porque mira que les pierde un sarao.

Carnaval, carnaval

Frame extraído de la épica cena de empresa de Mad Men

Las que más peligro tienen son las que comienzan con una inocente comida. Sí, ya saben, como el título del último –y único- libro de Chimo Bayo: “No iba a salir y me lié”. Le congratula saber que, según le cuentan, las cosas no han cambiado demasiado en los últimos, digamos, ¿10, 15, 20 años? Desde luego que es más vieja y tiene más poder adquisitivo que cuando vivía con sus padres. Pero ahora que puede ahorrarse el botellón y pagarse copas Premium, simplemente no le apetecen. Cómo es la vida.

Continúa el ritual de cortejo. La putivuelta –término magistralmente acuñado por Vicent Marco- las risas, los chupitos. La conducta pasivo-agresiva de ciertas mujeres que, una vez localizada la víctima, establecen posiciones justo a su lado haciendo creer al macho alfa que es él el que lleva la iniciativa. Salir un día, tener un mes hasta arriba el ego y las endorfinas. Imaginen ahora, una noche al año en la que todo el mundo sale de toriles con un único deseo: pasarlo bien. Es el poder igualatorio de las cenas de empresa.


Volver a la Portada de Logo Paperblog

Sobre el autor


Soniavaliente 1636 veces
compartido
ver su perfil
ver su blog

El autor no ha compartido todavía su cuenta