Basilicata. Una región sobria y reservada del sur de Italia que, como decía uno de sus ilustres hijos (Leonardo Sinisgalli), vive bien en las sombras. En el sentido de que a la gente de Basilicata le gusta estar alejado de los focos del glamour. Possidente, pedanía de poco más de mil habitantes, situada a 721 metros sobre el nivel del mar. Un lugar en medio de la carretera de Potenza (donde viví hasta los 18 años) a Melfi (el pueblo donde vivían y viven mis primas) que, en la época de aquellos viajes en el Fiat 600 familiar o en el tren de los Ferrocarriles del Estado, no contaban con entidad de centro habitado.
En este rincón escondido y de vida llevada con dignidad, desde hace casi cuarenta años, durante la semana de Carnaval, se organiza la Fagiolata, una fiesta popular que combina: un desfile de máscaras, el inevitable stand gastronómico, la elección del Rey y de la Reina del Carnaval, bingo, música, cerveza y obviamente i fagioli (alubias)!!
Aunque vivo lejos de allí, este año estuve en Potenza por Carnaval y, como mi sobrino (un excelente trompetista) con un grupo de amigos se ofrecieron a animar musicalmente el desfile de máscaras y carrozas alegóricas, empujado por la curiosidad, fui para ver lo que ocurría allí. Alguien podría decirme…”con todos los famosos Carnavales italianos (Venecia, Viareggio, Ivrea, Putignano, Fano, etc.), ¿tú has ido a Possidente?
¡Bien! la explicación es doble: por un lado, estoy cada vez más cansado y aburrido del glamour porque significa aglomeraciones, masificación, pérdida de autenticidad, apariencia, influencers, superficialidad y otras negatividades de las que trato de escapar; en segundo lugar porque, al tener una madre anciana y vivir a 2050 kilómetros de distancia, voy a visitarla en cuanto puedo. Sí, vale, ¡pero aunque quedándote en Basilicata, hay Carnavales realmente interesantes! Aliano, Cirigliano, Lavello, Montescaglioso, San Mauro Forte, Satriano di Lucania, Tricarico… sólo por poner algunos ejemplos. ¡Es verdad! El año pasado, siguiendo una vez más a mi sobrino trompetista, tuve la oportunidad de ver el Carnaval de Tricarico, pero este año me apetecía algo aún más modesto pero sentido, creado con pasión y explotando los limitados medios disponibles pero amplificando la pasión y las ganas de los habitantes… entonces, he estado en Possidente… y esto es una pequeña muestra de lo que pude disfrutar allí.
Deberíamos de reflexionar y recuperar la idea de que en la sencillez es más fácil encontrar las ganas, la ilusión, la comunidad y la capacidad de ser feliz con poco…