La exquisitez líquida de Carolina Herrera, con una colección inspirada en el vaivén del agua, y la vuelta al vestido largo de otro venezolano, Ángel Sánchez, marcaron una gran jornada para el diseño latino en la Semana de la Moda de Nueva York, donde también desfiló Tommy Hilfiger.
Herrera, máxima expresión de la sofisticación de la mujer de alta alcurnia en Nueva York, volvió a dar en la diana con una colección de sensualidad sinuosa, de fluctuación constante como el agua del mar.
Una esencia inestable sobre la que la diseñadora se posa con el aplomo y la ductilidad que le caracterizan.
"He hecho esta colección explorando el elemento del agua. Los vestidos están cortados como olas del mar. Todo lo que tenía conexión con agua traté de trasladarlo a los tejidos", explicó a Efe minutos antes del desfile.
"Los vestidos están cortados como olas del mar", dice
Según ella, las aguas en la moda "siempre han sido turbulentas", pero allí está su genio para calmarlas, para producir un hipnótico canto de sirena que lleve al amante de la moda a enamorarse perdidamente de sus propuestas.
Carolina Herrera convierte así una tormenta en una experiencia placentera, mimando el patronaje y consiguiendo "esa fluidez total que ves en el agua cuando está lloviendo, en el mar, en los colores, entre azules y grises", dice.
Marinos y rojos
Estampados revueltos y espumosos, transparencias que crean el efecto de corrientes, tejidos en cascada y gazar o mangas abombadas generan la sensación de que gravedad aligerada, de que los tejidos flotan.
Entre los colores marinos, explotan también rojos coral, gotitas de apliques tecno o bordados en spray que reproducen la luna que riela sobre el mar.
A veces el cromatismo se disuelve como si fueran una acuarela japonesa, se filtran los jacquard e impresiones fotográficas e incluso las pieles tienen el aspecto de flora marina imitando el baile ingrávido de las anémonas.
Carolina Herrera, a sus 76 años, sigue satisfecha y dice que, en el río de su vida, "si tuviera que nadar nadaría por el mismo río". Como cierre, aprieta el timón y saca su armada invencible de vestidos de noche. Un broche finísimo y genial.
Ángel Sánchez, una mujer elegante y atrevida
Para Ángel Sánchez, la inspiración vino de una vieja foto de un par de zapatos en terciopelo dio paso a su nueva colección, que alumbra a una mujer elegante y "atrevida" con ecos de los años 70.
"Cuando vi la foto me preguntaba sobre mi evolución creativa a través de esa mujer, que de los tobillos hacia arriba no mostraba esa imagen, y entonces empecé a vestirla, a definir a mi mujer de hoy día, en qué se diferencia de la mujer de hace 22 años", cuando diseñó los zapatos de terciopelo para una colección, dijo a Efe.
En esta colección, con reminiscencia de los años 70 y piezas adornadas con piel sintética, tuvo protagonismo el suéter, que el conocido modisto llevó por primera vez a su pasarela, tanto en versión de vestidos como las siempre elegantes blusas cuello tortuga muy alto y ceñidas a cuerpo, indispensables en el invierno y que puede llevarse bajo otra pieza, como propone Sánchez.
El modisto llevó a la pasarela oficial de la moda el rojo oxidado para un elegante vestido largo palabra de honor
El modisto llevó a la pasarela oficial de la moda el rojo oxidado para un elegante vestido largo palabra de honor, propio de una alfombra roja, y otros vestidos largos muy adornados.
De esta manera, Sánchez retomó sus elegantes y adornados vestidos largos que le han destacado, y que no había presentado en varias temporadas.
"Los retomo porque quería algo bien lujoso para esta colección, rica en texturas", dijo además el modisto, que también usó el blanco hueso en vaporosos vestidos ceñidos en la parte superior y terminado en varias capas vaporosas de chifón de corte asimétrico.
Sánchez, uno de los latinos más conocidos en el mundo de la moda y que siempre deja entrever en sus diseños su pasado como arquitecto, presentó una propuesta en la que recurrió al color oro brillante en vestidos así como en conjuntos de faldas a la rodilla con blusas de manga corta con estampados sobre neopreno.
Tommy Hilfiger, un ambicioso objetivo
La jornada se completó con Tommy Hilfiger, que representa en cambio a la juventud estadounidense despreocupada y lúdica, siempre con buenas notas en el expediente, había prometido el desfile más espectacular jamás visto y no quedó lejos de su ambicioso objetivo.
En el gigantesco Park Avenue Armory recreó un estadio de fútbol americano y sentó en las gradas al respetable, entre el que se encontraba Rita Ora, la novia de su hijo Richard.
Pero el espíritu competitivo del deporte se fundió un clásico sentimental del cine de los años setenta, "Love Story", cuya protagonista, Ali McGraw, es la principal influencia de la colección.
De este cruce nace un nuevo concepto. "Hay una tendencia en el mundo, que es lo que yo he acordado llamar 'athleisure', pues mezcla lo atlético con el ocio y el esparcimiento (leisure en inglés)", aseguró Hilfiger a Efe.
"A la gente le gusta llevar una vida deportiva, pero quieren seguir siendo chic, cool y a la moda", añade.
Sobre el campo de fútbol americano, entonces, estuvo todo un equipo de niñas modosas que heredan del espíritu trágico romántico de McGraw la cachemira, el jaquard o el tejido vaquero, así como el estampado de cuadros. EFEUSA