Revista Ciencia
Este bichito siempre me regaló lindos momentos siempre que lo fotografié, y en este día en especial lo pude disfrutar mas de 15 minutos cuando una parejita de pichones forrajeaban en uno de los arbustos de la reserva del Arroyo Itá mientras eran observados por sus padres a una distancia prudencial. Primero me concentré en una hembrita porque era la que estaba mas cerca, pero a los pocos minutos apareció otra para compartir la misma ramita, todo fue cuestión de esperar el momento oportuno para apretar el disparador, ya no me enloquezco mas sacando muchas fotos, prefiero pocas pero interesantes.