Ha pasado más de un mes y el narrador sigue esperando. La joven se retrasa a pesar de estar enamorada. Y comienza a sospechar. Por mucho que le ha llamado en los últimos días no ha obtenido respuesta alguna. Ni teléfono, ni skype, ni mails. Al principio piensa que su princesa estará enferma, pero pronto sospechará que se ha esfumado con otro [siempre hay un otro en la vida]. O, al menos, no se ha fugado con él como era lo previsible.
Tras varias semanas de angustia –y de sucesivos burofax– se percatará de que ha sido timado y de que la colega le ha birlado 100 euros sin más. Ahí quedan embarrancadas muchas de sus últimas ilusiones como la de compartir un par de horas con el amigo Herralde. Pero no se desanima. El pulidor de palabras ha sido abandonado en múltiples ocasiones, y no todas dignas. Así que decide escribir por sí mismo el informe de lectura. Total nadie conoce mejor que él la obra; sus signficados abiertos, cerrados y entrecerrados [o entreabiertos]; las tramas, subtramas y tetratramas; los personajes principales, secundarios y terciarios [incluso el factor perro tan excitante, por cierto]; los decorados, subdecorados y condecorados. Pero, como buen narrador, prefiere hacerlo sobre lo ya escrito que resulta más fácil. Para ello decide bajarse cualquier documento de internet y meterle tijera para disimular su origen [a veces los lectores utilizan el mismo argumento para varias novelas a la vez tipo "literatura basura para consumidores de baja estofa, bla, bla, bla"]. Y empieza de una manera sobria, como es él.
"Dejamos la piel en el intento" es una obra memorable por lo que tiene de inspirador para la nueva narrativa hispana huérfana desde el fallecimiento del tan añorado Bolaño y necesitada de mentes preclaras como la de su brillante autor. Lo que llama la atención de esta genial novela es su complejidad narrativa con distinas voces y estilos que la dotan de una portentosa carga simbólica y de una sustancial carga emocional [guiño para la editoras!], así como por su desenlace sorprendente y exquisito. Puntuación comercial y literaria: 9,5.Una vez finalizado el arduo trabajo, dedicará sus inagotables energías a mandar su informe completo por mail a todas las editoriales del país, incluida hispanoamérica, a la espera de su urgente respuesta demandando el manuscrito.