En la humanidad existen marcadas diferencias entre hombre y mujer, no sólo en lo físico, sino también en la forma de ver las cosas. Sin embargo, resulta absurdo que para realizar un remake de una película "femenina", la directora diga que quiere contar su versión desde el punto de vista de las mujeres.
De la obra maestra de 1976, Carrie, dirigida por Brian de Palma y protagonizada por Sissy Spacek, llega, para las generaciones actuales, esta versión dirigida por Kimberly Peirce y protagonizada por Chloe Grace Moretz. El cartel en sí no suena tan mal, Grace Moretz es una de mis actrices favoritas (si aún dudan de ella, vean Let Me In), y Julianne Moore como madre de la incomprendida niña. L a única duda viene en la dirección y es la que falla.
Todos nos sabemos la historia: una niña, hija de una madre católica conservadora, sufre de todo tipo de abusos por sus compañeros escolares. las cosas alcanzan el clímax el día del baile de graduación en la que es bañada en sangre de cerdo por el simple hecho de ser la burla enfrente de toda la escuela. Siempre ha habido "bullying" en todas las escuelas y en todos los tiempos, pero de un tiempo a la fecha ha cobrado más fuerza desde que se le dio nombre al fenómeno y desde que los padres de familia y las autoridades se dieron cuenta de que era un tema mucho más serio que un simple juego de niños. Ahora, con un toque sobrenatural por los poderes psíquicos de nuestra protagonista, más que una película de terror, es un drama de cómo sufren algunos adolescentes.
Y ahí está el verdadero meollo del asunto: NO es una película de terror. Si lo fuera, la escena final no sería la única con sangre y asesinatos. La película no tendría prisa y llevaría una hora de metraje atropellado para llegar con prisa a la escena icónica. No necesitaríamos un esfuerzo importante (y a veces falso) por parte de Moore y de Grace Moretz para exprimir lo mejor a un guión plano y a una dirección simplemente inexistente. En ningún momento se observa la "versión femenina" que supuestamente quiere contar la autora, y lo fuerte de las escenas es sacrificado en pos de llegar a un público más jóven que pudiera comprender más las situaciones por las que atraviesa la protagonista.
No tenemos nada en contra de los remakes. Hay algunos que se ven beneficiados por los efectos especiales o incluso por la visión de un director diferente al original. Pero hay algunos, como este, que son completamente innecesarios e intrascendentes.
De la obra maestra de 1976, Carrie, dirigida por Brian de Palma y protagonizada por Sissy Spacek, llega, para las generaciones actuales, esta versión dirigida por Kimberly Peirce y protagonizada por Chloe Grace Moretz. El cartel en sí no suena tan mal, Grace Moretz es una de mis actrices favoritas (si aún dudan de ella, vean Let Me In), y Julianne Moore como madre de la incomprendida niña. L a única duda viene en la dirección y es la que falla.
Todos nos sabemos la historia: una niña, hija de una madre católica conservadora, sufre de todo tipo de abusos por sus compañeros escolares. las cosas alcanzan el clímax el día del baile de graduación en la que es bañada en sangre de cerdo por el simple hecho de ser la burla enfrente de toda la escuela. Siempre ha habido "bullying" en todas las escuelas y en todos los tiempos, pero de un tiempo a la fecha ha cobrado más fuerza desde que se le dio nombre al fenómeno y desde que los padres de familia y las autoridades se dieron cuenta de que era un tema mucho más serio que un simple juego de niños. Ahora, con un toque sobrenatural por los poderes psíquicos de nuestra protagonista, más que una película de terror, es un drama de cómo sufren algunos adolescentes.
Y ahí está el verdadero meollo del asunto: NO es una película de terror. Si lo fuera, la escena final no sería la única con sangre y asesinatos. La película no tendría prisa y llevaría una hora de metraje atropellado para llegar con prisa a la escena icónica. No necesitaríamos un esfuerzo importante (y a veces falso) por parte de Moore y de Grace Moretz para exprimir lo mejor a un guión plano y a una dirección simplemente inexistente. En ningún momento se observa la "versión femenina" que supuestamente quiere contar la autora, y lo fuerte de las escenas es sacrificado en pos de llegar a un público más jóven que pudiera comprender más las situaciones por las que atraviesa la protagonista.
No tenemos nada en contra de los remakes. Hay algunos que se ven beneficiados por los efectos especiales o incluso por la visión de un director diferente al original. Pero hay algunos, como este, que son completamente innecesarios e intrascendentes.