Revista Solidaridad

Carta a un desconocido

Por Enriquerichard

Desde Igualada me ha llegado una carta. Es de Joseba y quiere compartirla con nosotros.  Hace nueve meses que conoció a Joussef. Al principio nada sabía de él, ahora todos los días se hablan.

Hola,

 No importa mi nombre, mi procedencia, mi edad, mi trabajo ni mi posición social. Sólo soy alguien que hace tiempo que contempla a otro compañero caminar en solitario todos los días, dormir a la intemperie todas las noches, sentarse sólo en un banco todas las tardes, contemplar a la gente pasar de un lado a otro, gente como yo, personas que tienen demasiadas preocupaciones en la cabeza como para prestar atención a un pobre indigente.

 Cada día pasa por mi cabeza acercarme y preguntarte quien eres, de donde vienes, donde vas, cuál es tu historia, en qué puedo ayudarte, pero siempre hay algo que me frena, y eso hace que me sienta mal, que me enfrente a una parte de mí que me asusta, que me entristece, que me muestra al egoísta, al impasible y acomodado, cobijado en esa burbuja de seguridad ficticia a la que muy fácilmente nos hemos acostumbrado.

 Y ahí estás tú, sin posesiones, sin trabajo, sin compañía,  sin un techo donde resguardarte, pero sereno, íntegro y con una gran fuerza interior, es una gran lección de vida y humanidad para todos los que te contemplamos inertes, como máquinas programadas que cada día cumplen con su rutina. Posiblemente necesitemos nosotros más ayuda que tú.

 Últimamente, cuando me siento en la mesa a cenar, me acuerdo de ti, cuando me acuesto en mi cama cómodamente viene a mi mente tu imagen, colocando cuidadosamente tu cartón en el suelo, como si de un tesoro se tratara,  resguardándote en su interior como el caracol y la tortuga que llevan siempre consigo la casa a cuestas porque no necesitan más. No me extraña que ese cartón sea para ti tan importante, es tu cobijo, es tu manta, tu refugio, tu morada.

 En ocasiones intento ponerme en tu lugar, sentir lo que sientes, que osadía la mía, si jamás he vivido algo similar qué puedo saber yo de lo que se siente en tales circunstancias.

 Espero y deseo  poder encontrar el momento adecuado para cruzarme en tu camino y ofrecerte mi ayuda, y no hablo solo de ayuda material, sino de alguien con quien hablar, en quien confiar, un amigo, y quien sabe si tú también me puedes ayudar a mí, porque todos tenemos algo nuevo que ofrecer y enseñar, y esto no depende del dinero ni  de la posición social, ni de un buen trabajo.

 Cuídate amigo mío, y aguanta, estoy seguro que vendrán tiempos mejores y que las buenas personas siempre estarán ahí para seguir construyendo un nuevo mundo.

      Joseba
Igualada, 31 de julio de 2012

Gracias, Joseba por tus palabras, seguro que esta relación te ha cambiado y está cambiando a Joussef. No tires la toalla, ni siquiera cuando te parezca que él la ha tirado. Eres seguramente el único hilo que le queda de su maltrecha telaraña.


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