Estimados padres:
He oído que en las últimas fechas ganan adeptos los movimientos antivacunas en los que padres como vosotros decidís no vacunar a vuestros hijos. Pensáis que las vacunas son malas, malísimas. Por alguna extraña razón habeis decidido hacer caso a dos o tres médicos sin ningún prestigio académico, a una monja y a una ex modelo de Playboy (extraña combinación, digna de película de serie Z). Para justificaros soléis citar un estudio de un tal Wakefield, a pesar que se ha demostrado se falsificó los datos en su propio beneficio. No se porque le dais más importancia a un estudio falso que a los miles que certifican los beneficios de la vacunación.
Quizás penséis que la vacunación es innecesaria porque de nuestra salud cuida la divina providencia, el espíritu natural de nuestra madre tierra, o que la enfermedad es un desequilibrio energético que solo debe ser afrontado de forma holística potenciando psíquicamente el proceso de autocuración. Las creencias son libres, pero deberías mirar como ha ido bajando la tasa de mortalidad infantil en los últimos 100 años ¿no te invita a la reflexión que todos estos remedios alternativos han empezado a ser efectivos a medida que iba mejorando la medicina?
Pensad por un momento en un grifo. Desde que nacisteis habéis vivido rodeado de grifos. En la cocina, en el baño, hasta en el jardín y en el parque hay grifos. En casi todos los grifos abres y sale agua. Es un instrumento tan cotidiano que puedes llegar a pensar que para tener agua solo te hace falta un grifo. Como tienes dos dedos de frente sabes que para que salga agua, detrás del grifo necesitas tuberías, una potabilizadora y un pantano. Si piensas que sin vacunar a tu hijo su salud va a ser buena, es como ir de excursión y llevarte un grifo en vez de una cantimplora.
Cuando yo era pequeño sino quería comer mis padres me recordaban la cantidad de niños en el mundo que pasaban hambre y que valorara la suerte de tener todos los días un plato en la mesa. Vuestra actitud con las vacunas es propia de los niños malcriados que lo han tenido todo muy fácil en la vida y no la de unos padres concienciados. Miles de niños mueren cada año por no tener acceso a la vacunación, y tu rechazas este privilegio para tus hijos. Quizás podríais considerar que vuestros padres demostraron tener más sentido común que vosotros. Ellos os vacunaron cuando erais pequeños y vosotros en cambio le negáis ese derecho a vuestros hijos.
Hace poco un juez de Granada obligo a un grupo de padres que pensaba como vosotros a vacunar a sus hijos. Os puede parecer una decisión escandalosa o que coarta vuestra libertad, pero no es el caso. Derechos y privilegios conllevan obligaciones y vosotros como padres tenéis la obligación de educar y cuidar a vuestros hijos. Si decidís no vacunarlos estáis incumpliendo esta obligación, y si además varios de vuestros hijos expuestos se juntan en la misma aula no solo hacéis peligrar la vida de vuestros hijos si no también la de sus compañeros cuyos padres son más sensatos que vosotros.
Si después de leer todo esto decides continuar anteponiendo las tonterías que lees por internet a la vida de tus hijos, deberías replantearte el afecto que sientes por ellos. Seguramente merezcan unos padres que de verdad se preocupen por su salud.
Os dejo algunos ejemplos:
Una entrada muy buena (como casi todas) del blog de Yamato.
Lista de bajas conocidas (en inglés).
y como una imagen vale mas que mil palabras, te dejo este vídeo genial de Penn and Teller, que te explicará esto mismo que yo te estoy diciendo de forma mucho más gráfica... está en inglés pero no hace falta entender lo que dicen.
Escucha... y oirás las mentiras que cuenta
¿Te sientes orgulloso de lo que le pasó a Dana?