Revista Cultura y Ocio

Cartas a un joven novelista. Mario Vargas Llosa

Por Mientrasleo @MientrasleoS
Cartas a un joven novelista. Mario Vargas Llosa
     "Éste no es un manual para aprender a escribir, algo que los verdaderos escritores aprenden por sí mismos. Es un ensayo sobre la manera como nacen y se escriben las novelas, según mi experiencia personal, que no tiene por qué ser idéntica ni siquiera parecida a la de otros novelistas".
     Los libros sobre literatura forman un género en sí mismos. Parece una tentación irresistible para cualquier escritor que se precie contarnos lo que lee, como escribe y también quiénes fueron sus maestros. Y la tentación es recogida por los lectores e incluso por otros escritores. Hoy traigo a mi estantería virtual, Cartas a un joven novelista. 
     Si En la verdad de las mentiras, Mario Vargas Llosa hacía un repaso sobre su propio canon literario del siglo, aquí se dirige a una suerte de corresponsal o receptor imaginario para hablarle de literatura, escribir, crear y sentimientos. A caballo entre un sencillo ensayo y una novela epistolar, Mario Vargas Llosa da teoría literaria a la vez que establece una serie de referentes que son imposibles de obviar para un lector que se sentirá irremediablemente atraído por la idea de seguir la lista de lecturas propuestas por el autor. Para él, el novelista no solo es feliz escribiendo, sino que su labor va mucho más allá cuando le deja a un mundo incompleto las fantasías que, de haberlo completado, le hubieran otorgado un status superior. Nos habla también de la importancia de las palabras y yo recordaba al leerlo eso que se dice sobre la existencia de las cosas en la medida en la que se les pone nombre. Vargas Llosa va un punto más allá otorgando al conjunto lingüistico la importancia de un mundo completo, y se entiende cuando el autor se dedica precisamente a completar mundos mediante el uso de las palabras. Mundos que, aunque para nosotros ya existan cuando se refieren a personajes que se han entrelazado con la realidad hasta tal punto que ya nos tenemos asumidos, son una ficción. A quién no le sucede que no concibe el mundo sin el Quijote cuando en realidad el mundo se concibió precisamente, sin él. Por lo tanto, yo concluía esta parte preguntándome cómo se concibe el mundo sin escritores.
      Decía antes que los lectores nos sentimos atraídos por este tipo de preguntas que nos cuentan cuáles fueron las inquietudes de nuestros escritores favoritos, sus comienzos y sus márgenes, pero lo mismo les puede suceder a otros escritores. Y es que, como dice el propio Vargas Llosa, a él mismo le hubiera gustado poder escribir a alguno de los escritores que admiraba cuando estaba comenzando para haberle preguntado sus dudas, haber seguido su camino en un intento de encontrar el propio. Y así avanzamos con ideas que, compartidas o no, otorgan una visión más ámplia del mundo literario, por capítulos dedicados a responder distintas preguntas tan importantes como genéricas. Él se reconoce como un rebelde del mundo y quizás por eso reconoce cada pedazo propio vertido en sus libros y es que no hay libro que no beba de la vida de su autor y quizás por eso sea vital vivir en ese mundo imperfecto ante el que se imponen mediante la ficción. La importancia de la coherencia, del estilo, el espacio, las lecturas que lleve a sus espaldas el propio escritor... nada escapa a las preguntas imaginadas y tampoco a las respuestas vertidas en este librito corto más que necesario, interesante.
     Cartas a un joven novelista es un libro más que recomendable sobre el oficio de escribir, pero también sobre el interior de quien lo hace.
     Y vosotros, ¿sois lectores de libros intraliterarios?
     Gracias.

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