Nuestro protagonista se llama Ed Kennnedy, y se describe a sí mismo como "taxista, zángano, pilar de la mediocridad, pésimo amante y patético jugador de cartas".
Tiene diecinueve años, y comparte choza, cafés y confidencias con Doorman, su querido, viejo y maloliente perro (sí, no habéis escuchado mal).
Su vida transcurre apaciblemente entre el trabajo y las timbas nocturnas de póquer con sus mejores amigos Marv, Richie y su amor platónico, Audrey.
Curiosamente los cuatro son testigos del intento de atraco a la sucursal bancaria de su pueblo. Y digo intento porque Ed, sin saber de donde ha sacado el valor, consigue detener al inexperto y torpe atracador, lo que le convertirá en héroe, de la noche a la mañana.
Entonces recibe el primero de una sucesión de naipes, el as de diamantes, con tres direcciones escritas a mano: la de una mujer maltratada por su marido, la de una anciana solitaria de ochenta y dos años, ávida de compañía y la de una chica extremadamente tímida, que sale a correr descalza a las cinco de la mañana.
Y después el de tréboles, el de picas y el as de corazones, este último conteniendo tres retos que le llegarán al corazón…
La carta concluyente va dirigida a Ed: el comodín. Todo parece indicar que ha sido elegido para una misión, la de ayudar a personas con necesidades o penurias, arreglarle la vida a la gente.
¿Quien puede estar detrás de las misivas? ¿Que sentido y objetivo tienen? ¿Conseguirá Ed llevarlas a buen término, finalizarlas? ¿Cambiar en algo su mediocre existencia? Autor consagrado a la literatura juvenil, australiano nacido en 1975, creció escuchando las historias sobre la Alemania nazi contadas por su madre, quien vivió en un pequeño pueblo alemán durante esta época.
Época a su vez reflejada en su novela de mayor éxito de ventas "La ladrona de libros" (2005), calificada por algunos críticos como "fenómeno literario"
“Cartas cruzadas” (título original: "The Messenger"), llevaba ya unos cuantos añitos escrita (2002), y varios premios a sus espaldas, cuando se editó en España por Lumen en el 2011.
Este es el comentario literal que una de mis seguidoras, Fuertevientodelsur, escribió en la sección "Recomiéndame un libro" de este blog. Me sorprendió tanto, que en cuanto pude le hice un hueco para mi siguiente lectura:
"Solamente él puede escribir tan bonito, convirtiendo una existencia anodina en un protagonismo que emociona. El mundo está falto de amor y de preciosas historias como ésta. No dejes de leerlo; si "La Ladrona de Libros" te hace temblar el corazón, el joven Ed nos enseña lo que podemos valer aunque no confiemos en nosotros mismos".
Lo primero que os quiero transmitir es que "La ladrona de libros" me pareció sin lugar a dudas una novela mejor. Se nota a mil leguas que fue escrita con posterioridad, cuando el escritor ya contaba con una experiencia que le dotaba de una mayor calidad literaria. Porque estoy segura de que, quien la haya leído, estará de acuerdo conmigo en que es maravillosa, enternecedora, brillante…
Con "Cartas cruzadas" comparte el estilo característico del autor, frases bien construidas, algunas sencillas, otras a mi parecer ingeniosas, que me ha sacado la sonrisa en varias ocasiones.
¿Qué me ha parecido? ¿Me ha gustado?
Sí, el libro es bonito, pero…
La historia te engancha, consigue mantener tu curiosidad hasta el final. Pero para mi gusto eso es lo que falla, el final.
Cierto es que me ha sorprendido. ¿Para bien? No del todo.
Me explico: la idea no está mal, por su originalidad. Pero no me ha terminado de llenar. Hubiera preferido algo más contundente, más convincente…
Me quedo con los mensajes que he extraído entre líneas: podemos conseguir todo lo que nos propongamos, por complicado que nos parezca. Nada te producirá mayor satisfacción que ayudar a los demás, ofrecerles sueños a cambio de nada.
Sí, la recomiendo. La forma de narrar de Zusak me encanta. Me ha hecho pasar muy buenos ratos.
El desenlace es complicado de entender, a la par que ambiguo. He tenido que releerlo para cerciorarme de mi absoluta y completa percepción del mismo y aunque me haya decepcionado un poco, también considero que es original, extraño y muy probablemente haya encantado a más de uno.
¿La habéis leído? ¿Os gustó su final?
"Todavía no he compuesto una canción digna de Dylan, ni empezado mi primer cuadro surrealista y dudo mucho que pueda iniciar una revolución porque, aparte de todo lo demás, no estoy en forma pese a ser un tío flaco y larguirucho. Bien mirado soy endeble."
"Tengo un televisor que necesita tiempo para encenderse, un teléfono que casi nunca suena y un frigorífico que zumba como una radio"
"Mi madre ha adquirido el hábito de soltar tacos. Suelta tacos todo el día, esté contenta, triste o indiferente.. Naturalmente nos culpa de ello a mi hermano Tommy y a mí. Dice que de niños decíamos un taco detrás de otro cuando jugábamos al fútbol en el jardín de atrás. --Me cansé de reñiros, así que me dije: si no puedes con ellos, únete a ellos"
"Como con un perro de diecisiete años. Bebemos café juntos. Por nuestra manera de funcionar se diría que somos marido y mujer."
"He comprado cuanto necesito para Nochebuena. Más alcohol que comida, por supuesto, y cuando la gente llega, mi choza huele a pavo, a ensalada de col y, cómo no, a Doorman. Durante un rato el pavo se impone, pero el olor de ese perro puede con todo".
Los naipes van llegando y con cada uno de ellos, tres personas infelices a las que ayudar. Ed se lo toma muy en serio y poco a poco va descubriendo que tipo de ayuda necesitan.
Se siente orgulloso de lo que está haciendo, pero al mismo tiempo quiere que acabe, sentirse liberado.
Él está loquito por Audrey que a su vez tiene novio, aunque Ed sabe que en realidad ella no quiere querer a nadie. Hay mucha complicidad entre ellos y su choza le sirve siempre de cobijo cuando está triste, desganada. Beben juntos, ven una peli y para ella todo vuelve a la normalidad.
Cuando llega el as de corazones, está convencido de que es el último. Contiene tres títulos de películas. Investigando un poco sobre ellas, descubre sus siguientes misiones:
-- La maleta: dirigida por un tal Pablo Sánchez: Ritchie también se apellida así.
-- La ingenua explosiva: interpretada por Lee Marvin
-- Vacaciones en Roma: interpretada por Audrey Hepburn
¿Qué pueden necesitar ellos tres? Son sus mejores amigos y siguiendo distintas tácticas con cada uno de ellos, no tarda en saber que hacer:
-- Ritchie está en paro. Su existencia consiste en madrugadas solitarias, despertarse a las diez de la mañana, llegar al pub donde hace apuestas a la una, el talón del paro, una o dos partidas de cartas y nada más… “Ritchie, eres una vergüenza para ti mismo”, esta única frase, dura, pero sincera, desencadena su reacción. Hace que empiece a buscar trabajo -- Marv trabaja, bebe y juega a las cartas. Tiene un dinero ahorrado en el banco que nunca gasta y un coche que casi nunca arranca. Nadie entiende porque no se compra otro… Todos saben que hace un año la chica con la que estaba saliendo le dejó de forma repentina, nadie sabe porqué.
La táctica a seguir con él: pedirle dinero. Esto desencadena una serie de confidencias. Todo lo que tiene es para su hijo. Suzanne Boyd le abandonó por una razón concreta: estaba embarazada de Marv y su padre la obliga a irse del pueblo, con el escándalo a otra parte. El niño tiene ahora dos años y medio. Conoce la dirección donde viven pero no se ha atrevido a acercarse nunca a ellos. El padre de Suzie le dijo que le mataría si lo hacía. Juntos afrontan la situación. Marv recibe una paliza considerable, hecho que enternece a Suzie que se pone en contacto con Marv y final feliz…
-- El onceavo mensaje, el de Audrey, el más importante para Ed: “Audrey no ama a nadie. Se niega a amar. Pero lo necesita, necesita permitírselo, aunque solo sea un momento. Necesita vivir ese sentimiento. Conocerlo plenamente. Al menos una vez”Y se decide a hacerlo… Se presenta una noche en su casa y la conduce al jardín. Allí bailan, se abrazan. No necesita decirle que la ama. Con solo su exclamación “Caray, Ed Kennedy”, ella deja que la ame durante tres minutos.
Y ¡FIN! Del libro.
Pero El final no es el final, y un último naipe le llega, el comodín, con su dirección escrita
Un día un hombre desconocido se sube al taxi y le pide que le lleve a su casa. Es el atracador del banco que le da a entender que todo estaba planeado para que Ed saliera de su mediocridad, consiguiera hacer algo importante e su vida, que fue a la cárcel por la gente que Ed ayudó y por Ed mismo. Que mereció la pena. Porque Ed es un hombre nuevo…
Cuando entra en casa, hay un hombre en su sofá. ¿Quién es? Aunque no lo dice claramente, creo entender que es el mismísimo escritor del libro, Zusak que le cuenta que él mató a su padre, organizó el atraco al banco y todo lo demás. ¿Porqué lo hizo? “Porque eres la mediocridad personificada, Ed. Y si un tipo como tú puede levantarse y hacer lo que tú hiciste por toda esa gente, tal vez eso signifique que todo el mundo puede. A lo mejor todo el mundo puede ir más allá de lo que se cree capaz. A lo mejor hasta yo puedo…”
Le ofrece una carpeta amarilla con las páginas del libro que estamos leyendo y le dice que está todo ahí: “cada persona que ayudaste, heriste o viste. Incluso esta conversación está en esa carpeta” El último capítulo: Audrey llama a su puerta:
- “¿Puedo quedarme Ed?
- Claro que puedes quedarte esta noche.
- No quiero decir esta noche, quiero decir para siempre"
Entonces, Ed busca ese maravilloso final en las páginas de la carpeta y Audrey le dice: “No creo que esté ahí. Yo creo Ed, que esto nos pertenece a nosotros.”