La noche del pasado sábadovolaban atentos los pájaros,los árboles crecieron rápidoy el cielo palideció lánguido.Rezaban por mí los semáforossu ámbar y monótono cántico,de mientras los gatos erráticosquisieron morder a los cánidos.Prestidigitadores cáusticosconvirtieron ramas en látigosy con adoquines estáticosemprendieron su vuelo mágico.Pero de los hechos dramáticos,de supuestos actos vandálicos,ni de unos canallas fanáticossé nada. De respuesta un viáticode mi canciller diplomático.