Una de las características de Ricardo Caruso Lombardi es su astucia. Piensa antes deejecutar cada movimiento, no sólo futbolísticamente hablando. Por ello, quizá no deba sorprender el hecho de dejar Quilmes para ocupar en San Lorenzo el cargo que tenía Leonardo Madelón.
La historia entre el entrenador de barba candado y el club de Boedo viene de hace rato. De hecho, semanas atrás, cuando el presidente Carlos Abdo quería echar a quien estuviese hasta hace días comandando al primer equipo sanlorencista, al cual no le pudo encontrar el rumbo. El mandamás del club del sur del conurbano Anibal Fernandez declaró que hubo un contacto con dirigentes azulgranas para que cambie de filas. Sin embargo, hubo problemas con los avales de pago ofrecidos, y todo siguió como estaba.
Ahora, la situación cambió drásticamente. El “cervecero” se quedó sin su técnico (el máximo candidato a ocupar ese cargo es Omar de Felippe, ex Olimpo) . Pero antes de su ida, Caruso dejó estas frases en declaraciones a varios medios:
Tengo que seguir mi camino y no puedo tirarme atrás. Ya está todo más o menos resuelto. Hice las cosas lo mejor posible acá pero un grande no viene a buscarte todos los días. Es difícil pero hay que decidirse en la vida, no se puede jugar a dos puntas“.
Hay que sacar a este equipo en 12 partidos. Creo que se puede hacer. Como dije ayer, es más fácil salvar a San Lorenzo que ascender con Quilmes“.
Me pegaría un tiro en la cabeza si la Promoción es Quilmes-San Lorenzo“.
Esta es su sexta experiencia en Primera. En 2007, en una situación casi similar a la actual, dejó Tigre (meses después, Diego Cagna lo ascendería a Primera) para salvar a Argentinos Juniors de la zona roja, algo que cumplió con creces. Luego llegó la problemática experiencia en Newell’s, no por los resultados, sino por la disputa con Rolando Schiavi, la cual se mantiene en estos días. En 2009, recaló en Racing, otro club comprometido en la lucha por la permanencia, al cual terminó manteniéndolo en la máxima categoría.
Después estuvo de vuelta en el Matador de Victoria, donde no sólo tuvo una campaña irregular, sino que también debió irse en medio de un escándalo. Hasta llegar a su último club, Quilmes, al que casi lo hace jugar la promoción, pero la actuación magistral de Matías Ibáñez en la histórica fecha 19 del Clausura del año pasado hizo que esté donde esté ahora.
Casualmente, en ésta última institución tuvo que suceder a Leonardo Madelón. Esta vez, ¿el final será distinto? No se sabe. Lo que sí se sabe es que Caruso hizo otra apuesta a su manera.