Curiosamente le comentaba a mi compañero Cristóbal, que al ir al cine soy más selectivo que él, haciéndole mofa de que jamás entraría a ver películas cómo Furia de Titanes 2 o la más reciente Batalla naval. Bueno, creo que me ha salido el tiro por la culata, porque acabo de cometer un error tremendo al pagar un boleto de cine, en éstos tiempos no hay que gastar dinero tan fácilmente, en un despropósito absoluto, y no solo eso, sino que además pague para que se burlaran de mi país, su cultura, sus costumbres, y sus personajes más entrañables.
El motivo, a suerte de excusa, por el cual entre a ver esta “cosa” fue por Will Ferrel, comediante americano que pese a que te da unas de cal por otras de arena, en la mayor parte de sus trabajos logra salvar un producto fácilmente olvidable. Desafortunadamente éste no es el caso. Pensé que viéndolo hablando español, en una historia desarrollada en México, y al lado de actores mexicanos, sería algo muy divertido. Nada más alejado de la realidad. Desconozco que tanto peso tuvo Ferrell a la hora de improvisar o sugerir cosas en el guión, pero si en realidad influyo de sobremanera, se acaba de ganar el repudio del pueblo mexicano.
Casa de mi padre nos cuenta la penosa historia, a modo de telenovela, esto, según los productores, a propósito, de una familia de rancheros en algún lugar de México. El terreno es propiedad del Sr. Álvarez, interpretado por Pedro Armendariz Jr, en su ultimo papel, recordemos que falleció el año pasado. El cuidado del rancho esta a cargo de uno de sus hijos, Armando (Ferrel), el cual es estúpido, lo digo enserio. La vida de Armando cambia radicalmente cuando su hermano Raúl (Diego Luna) llega de los Estados Unidos, de la mano de su prometida, Sonia, interpretada por Génesis Rodríguez, la hija del cantante José Luis Rodríguez “El Puma”. No solo surge un enamoramiento entre Armando y Sonia, sino que el primero descubre que su hermano esta sumergido en el mundo del narcotráfico, hecho que ocasionara la destrucción de la familia Álvarez.
El principal problema de Casa de mi padre no es que sea una parodia del cine mexicano, ni de sus telenovelas, ni de su cultura, sino que jamás logra ser graciosa. El director Matt Piedmont piensa muy a su manera que el humor gringo puede resultar igual de gracioso cuando se traslada al español. Eso es pensar mediocremente. Por tal motivo Piedmont le da el rol protagónico a Ferrel y que él mismo se las arregle cómo pueda, improvisando chistes malos, sobreactuando de mala manera, despedazando años de cultura mexicana, con escenas tan penosas cómo la fogata, la interpretación de los dioses aztecas, o de la mismísima virgen María, algo que a muchos los ofenderá.
Cuesta trabajo concebir que actores tan famosos, y que representa a México en el extranjero, cómo Gael García Bernal, el cual le toca hacer de villano, o Diego Luna, se hayan prestado para ridiculizar a su país. Mención aparte para el pobre Armendariz, el cual estoy seguro que acepto participar debido a que creyó que sería una historia decente, más nunca logro verla terminada, para fortuna de él, sino se hubiese tapado la cara de vergüenza. Siento coraje en cómo le dedican esta película a uno de los actores más importantes y carismáticos que ha tenido México, un caballero cómo pocos y talentoso, por si hacia falta decirlo. En mi función había gente de la tercera edad, ilusionados con ver por ultima ver a Armendariz, terminada la función me sentía todo apenado de tan siquiera mirarlos a los ojos.
Casa de mi padre tiene todo mal, desde la puesta en escena, pretendiendo ser mala a propósito, como si de una película serie B se tratase, haciendo guiños al cine mexicano de ficheras de los años 70´s y 80´s, hasta pasar por un humor lastimoso que lo único que hace es ofender. Si ustedes no se salen de la sala, cómo mucha gente lo hizo, en el momento en que el chaman, un puma blanco, le da una sesión espiritual a Armando, es porque o están indignados y no se la creen, o porque simplemente cómo un servidor, les cuesta salirse de una película habiendo pagado una ridícula cantidad de dinero. Cine basura, que ni en tu casa merece la pena verse. Evitarla a cómo de lugar, me lo agradecerán.
½☆☆☆☆