Los anuncios de Casa Tarradellas siempre levantan un cierto revuelo de simpatía y admiración. Porque son campañas emotivas y alegres, con historias muy bien contadas, y en las que siempre sobresale el valor de la familia.
Hace unos años nos sorprendió con una preciosa historia de amistad entre el abuelo y su nieto más rebelde. Este adolescente, lejos de la ciudad y de las redes sociales, se siente “castigado” cuando su madre le deja en una masía en pleno campo. Pero el abuelo obra en él una gran transformación. La comida casera, los juegos al aire libre, los fuegos de campamento… apreciar la belleza de un amanecer o sentir la ternura de unos polluelos recién nacidos… todo eso cambiará por completo su vida y le hará descubrir el valor de su familia.
El año siguiente, nos sorprendió con una divertida historia de complicidad familiar en que el padre y los hijos se zampan en pocas horas horas la longaniza que su madre ha preparado con tanto cariño.
Sí, Casa Tarradellas hace siempre una publicidad simpática, con un storytelling amable que rezuma visión positiva. Por eso me ha encantado “redescubrir” este anuncio, gracias a la sugerencia de unos alumnos de 1º de Publicidad y RRPP en UIC Barcelona. Ellos son: Samir Chaoui, Isaac Ciller, Loan Muñoz, Pablo Pérdigo, Edu Prats y Rita Ventura. Como trabajo para mi asignatura, tenían que comentar una campaña reciente que aportara valores e ideas nuevas, y ellos han escogido este spot, que ha sido el "bombazo publicitario" del verano: en mes y medio, obtuvo más de 4.3 millones de descargas.
Narra una historia divertida, con un humor inteligente y que subraya siempre el atractivo del producto. De nuevo un adolescente descubre el entrañable apoyo que supone la familia: lo mucho que los padres saben de él y de sus amigos, y lo poco que es capaz de engañarles en lo que se refiere a sus proyectos y a su propia vida. Sobre todo la madre, que pasa casi en segundo plano, se convierte al final en el gran apoyo de lo que trama y anhela.
“Como en casa, en ningún sitio”. Acertado eslogan, que marca el camino de una publicidad llena de valores. ¡Un aplauso a esta publicidad positiva y alegre, siempre en defensa de la familia, la tradición, la naturaleza… y la importancia de las cosas pequeñas!