Una tarde camino del municipio de Ajuy, me descubrí
escuchando el que fuera 2º disco de la trayectoria moderna en solitario de Tino
Casal. Además, ayer se cumplió el 21 aniversario de su triste desaparición, con
lo que a modo de homenaje, como ya hicimos en el inicio de nuestra 2ª temporada
de radio y también en la última o 3ª, esta vez es en el blog cuando coincide
nuestro granito de arena en la memoria de este grande de nuestra música.
Con “Neocasal” de 1981 Tino ya había dejado claro por dónde
quería moverse a partir de ahí. Dejando de lado maniobras de las discográficas
que querían prostituirle convirtiéndole en un forzado nuevo Nino Bravo, junto a
Julián Ruiz dio luz a un disco muy bueno, al que solamente le falla algo la consistencia.
Este aspecto ya no sería algo que se viera en su 2º trabajo discográfico.
“Etiqueta Negra” fue la confirmación de lo interesante de la
nueva propuesta de Tino y para colmo de bondades, el gran éxito llegó de la
mano de “Embrujada”, que con su sonido acelerado, electrónico e irresistible,
llegó al corazón de la gente y permitió a Casal alcanzar un triunfo notable que
hasta le llevó a Londres a grabar el tema en inglés. Son 10 canciones, si
tenemos en cuenta que en las últimas ediciones se anexa la formidable “Tigre
bengalí”, que como conjunto son una unidad férrea que funciona muy bien.
El comienzo lleno de sonidos misteriosos, rotundidad en las
formas de los sintetizadores y con una letra a base de conjuros, invocaciones y
otros detalles líricos tan del cierto gusto siniestro de Tino, dan lugar a una
apertura de disco que es claramente una de las canciones que mejor podrían
definir a Tino de forma global. Y en ese sentido funciona igual la canción
título, que es la 2ª composición que nos encontramos. En esta 2ª pieza del
disco el sonido o ritmo es de medio tiempo, con un misterio notable en su halo
y unas bases potentes muy acertadas, con los teclados melódicos de muy gusto,
ya comandados por el importantísimo y clave en la carrera de Tino Javier
Losada, que se incorporo al proyecto en esos días. Aparte de “Embrujada”,
también fue un cierto éxito la poperita y de sonido fantasioso, “Póker para un
perdedor”. No está mal, pero es quizás de las que menos me llamen y tengo
entendido que Tino terminó por cogerle algo de manía por lo fácil de su sentido
y conjunto. El estribillo es pegadizo y no me digan que no se les repite en la
mente ese “rumbo a otro lugar
desconocido, lejos de un lugar tan aburrido, tenemos que hablar largo y tendido
de nuestro adios” tras 2 o 3 escuchas. Curiosa e innovadora suena esa
especie de odisea a la africana que describe Tino en “African chic”, con
melodías y sonidos realmente válidos, pero que personalmente tampoco es de lo
que más me gusta; sin embargo, recuerdo que hablando con Carlos Caballero,
cantante de La Broma Negra
y gran admirador de Tino Casal, se extrañaba de que no me gustara. Ahora es
donde el disco remonta y más aún con el último añadido que se le ha
incorporado. Primero nos damos de frente con uno de los grandes clásicos por
los que la gente en general recuerda a Tino, “Embrujada”. La letra tiene un
tremendo gancho, con esa historia de diva en decadencia, mitad bruja, y la
mezcla de palabras y frases cortas en el estribillo, que con el ritmo
endiablado de los sintetizadores y la base rítmica, da lugar a un tema
anfetamínico y acelerado, que causa el doble de efecto si a la par ves el video
de imágenes a modo de disparador que se grabó, en el que solamente vemos a un
misterioso Tino subido a un árbol fumando en la escena final. Y, por si no han
tenido suficiente, llega “Tigre bengalí”. Esta pieza originariamente no se
incorporaba en “Etiqueta Negra”, ya que la misma se grabó para la banda sonora
de “Sal Gorda” de Trueba (que tampoco está tan mal y vi no hace mucho por
primera vez; parece más del Almodóvar de comedia que de Trueba). Luego sí que
se añadió en posteriores reediciones del disco y con muy buen criterio, ya que
dejar a esta joya suelta (considerada tradicionalmente una de las 5 preferidas
de los seguidores de Casal) sin disco donde incorporarse, hubiera sido un
crimen, y quizás queda mejor en “Etiqueta Negra” que en esa obra magna
posterior que fue “Hielo Rojo”. He de reconocer que conocí antes que existía la
canción, es decir, leí su título, antes de escucharla. Y me dije: “a saber qué
coño es esto”. Bueno, pues aunque el título no me llamaba y me parecía algo
ridículo, tras escuchar los primeros acordes de guitarra y hasta esos teclados
petarderos que tiene (realmente y contra todo pronóstico encantadores), caí
rendido a sus pies. Tiene momentos melódicos bárbaros, como la fuerza con la
que Tino afronta su estribillo al comienzo del mismo en esa frase “Cuando en la jungla recuerdo tu voz, va
subiendo la tensión” y cambios fabulosos. No tiene videoclip, como casi
todas las canciones de Tino, pero su actuación en playback en “Tocata” no queda
para nada mal. Les recomiendo que la vean, con Tino jugando con el mástil del
micro y el cable. El final es veraniego, cálido, de un buen ánimo y buen rollo
pegadizo con esas repeticiones aleatorias de parte de la letra “jungla de, ríndete”, que acompañan
magistralmente a esa melodía juguetona, con unos acordes de guitarra mágicos.
Un gran trabajo y un gran tema, que es comúnmente desconocido a la gente, pero
que casi todo el mundo que la escucha termina por pasarle lo mismo que a mi: se
queda prendado de ella y le da a repetir canción en su cadena o a “ver video
otra vez” en youtube.
“Los pájaros” es del corte de temas que le gustaban mucho a
Tino. De ese corte me quedo más con “Mañana” del posterior “Hielo Rojo”, que no
en vano, a ratos, es mi tema favorito de Tino. Este “Los pájaros” tiene un
vocoder que repite el título de la canción, que más bien parece nuestro actual
presidente Mariano Rajoy haciendo coros (esto me lo comentó un buen amigo y
colaborador de nuestro programa de radio, y la verdad es que tiene razón, o al
menos yo se la doy). El tema está dedicado a Tino y a su tropa. Esa vida
nocturna y a ratos disoluta la refleja Tino con esa metáfora a través de los
pájaros y no sería la primera vez que Casal dedicara canción a sus amigos de
correrías, ya que no tienen más que prestar atención a la letra de la apertura
de “Hielo Rojo” “Teatro de la oscuridad”. Buena resulta “Legal ilegal”. Tiene
una melodía algo arrítmica, pero funciona. Quizás sea una de las joyas ocultas
o menos conocidas de este “Etiqueta Negra” y que suma claramente a subir la
alta nota media que termina por conseguir el conjunto de la obra. Reconozco que
“Azúcar moreno” de primeras no me llamaba la atención, pero ahora me gusta
bastante, sobre todo porque creo que hay ciertos cambios o giros en la melodía
que son auténticos aciertos, aunque bastante sutiles y hay que reconocer que
Tino está sublime en los tonos vocales con los que afronta el estribillo. Hay
que quitarse el sombrero con “Un minuto más”. Una balada triste, oscura y
desesperanzada que narra la experiencia de alguien que comparte un último
minuto al lado del cuerpo inerte de su pareja. Según escucho la canción y
escribo esto, se me pone el pelo de punta del sentimiento tan brutal que
transmite Tino al micrófono. La melodía empieza de forma esquelética, para que
sin darnos cuenta alcance unos fastos realmente notables. Sin duda, aquí sí, la
gran joya oculta de “Etiqueta Negra”. Supone un apéndice anexo a “Un minuto
más”, la pasable instrumental “Malaria”, que no es más que un epílogo musical a
este disco que, como habrán podido darse cuenta al escucharlo, nos ha supuesto
un viaje en una montaña rusa, como esas que hay en el Parque de Atracciones de
Madrid, lugar donde Tino actuó mucho en los meses que rodearon a la edición de
este su 2º trabajo de estudio.
Hay que reconocer que “Embrujada” como single tuvo mucha
culpa de que “Etiqueta Negra” tan bien. No obstante, pensar que el disco se reduce
solamente a esa composición sería un comportamiento de vaguería melómana
imperdonable, teniendo en cuenta las 9 compañeras de trabajo tan válidas que se
suman a ella para conformar esta obra.
A Tino se le veía en la portada con el pelo ya más largo
(tendencia de look que se alargaría más aún en “Hielo Rojo”) con un cierto
aspecto a lo Sandokán que le quedaba bastante bien. De hecho, en las
actuaciones en televisión de la época le podemos ver bastante sobrio para lo
que él ha sido, aunque eso sí, con unos trajes de hombreras prominentes y
colores muy vivos.
Hay que reconocer que el disco mejora a “Neocasal”, no
quizás si analizamos las cosas canción a canción, pero sí en el conjunto.
Reitero, creo que el trabajo de Ruiz en la producción es mucho mejor y da una
consistencia clara al sonido de la obra, por mucho que encontremos temas de
sentir distinto dentro de “Etiqueta Negra”. El paso siguiente sería quizás, al
menos en mi opinión, la gran obra de Casal. En “Hielo Rojo” la temática sonora
es muy clara debido al uso del fairlight y además las 9 composiciones son
sencillamente maravillosas, quizás con la única excepción de “Flash de cámara”.
Para más información, visiten y lean el post que hicimos ya hace casi 2 años
del disco.
Esta vez no ha coincidido que hayamos empezado o empecemos
hoy sábado nuestra temporada de radio y no hemos podido empezar las nuevas
sesiones con un programa dedicado a “Etiqueta Negra”, como hicimos en nuestra 2ª
temporada, o a “Neocasal”, con aquel gran programa con el que inauguramos nuestra 3ª temporada, en el que tuvimos el lujo de contar con la presencia a través del teléfono del amigo personal de Tino José Carlos Rodríguez Silva, el gran Julián Ruiz y la mano derecha de Tino en el plano musical Javier Losada. No obstante,
“Etiqueta Negra” tendrá su programa en esta 4ª temporada que comenzaremos a
mediados de octubre, lo que pasa es que lo vivido con “Neocasal” el año pasado, es irrepetible.
Hoy se cumplen 21 años desde que Tino nos dejara. Con este
artículo le rendimos homenaje, como siempre muy sentido, debido al cariño y
admiración que tengo por Casal, y además completamos la revisión de la trilogía
de inicio del artista, esa formada por “Neocasal”, el disco que hoy nos ocupa e
“Hielo Rojo”. Luego vendría la convalecencia y la 2ª etapa con “Lágrimas De
Cocodrilo” e “Histeria 1990”,
que también pasarán por aquí en un futuro. No olvidamos tu música y tampoco te
olvidamos a ti, Tino.