Revista Salud y Bienestar

Caso Agreal: El laboratorio indujo a los médicos a error de prescripción

Por Miguel @MiguelJaraBlog

Hemos comentado que el dañino medicamento Agreal, de manera incomprensible, nunca tuvo ficha técnica. Este documento es muy importante para que los profesionales sanitarios puedan conocer y recomendar o no a sus pacientes un medicamento. Los médicos sólo dispusieron de prospecto y este presentaba multitud de irregularidades para inducirles a error con el objeto de abrir ampliar su mercado.

Mientras que en países como Francia el prospecto del fármaco explicaba, de manera escueta, que Agreal sólo estaba indicado para los sofocos de la menopausia, en España se argumentaba que el medicamento tenía efecto, además de en los sofocos, en las “manifestaciones psicofuncionales de la menopausia“. ¿Mandé…?!

La ambigüedad, amplitud e inconcreción de ese concepto no se sustenta en base científica alguna. Falta estudios sobre esas “manifestaciones” por lo que expresar tal denominación en un prospecto indujo a múltiples errores en los médicos que prescribieron Agreal. Así lo concluyen los peritos judiciales de varias afectadas, Antonio Piga y Teresa Alfonso Galán en su libro El caso Agreal (veraliprida).

Se abusó de un medicamento que provocó graves reacciones adversas psiquiátricas. Pero eso no es todo, ni mucho menos. Cuando las mujeres, ahora enfermas de Agreal (mujeres antes sanas, los sofocos de la menopausia no son una enfermedad) querían dejar el medicamento, se encontraban con otro de sus fuertes efectos secundarios, el síndrome de retirada; Agreal causaba adicción en tratamientos prolongados (buena parte de los recetados).

Aparecía entonces ansiedad intensa, depresión, inquietud, tristeza, falta de energía vital, fatiga, falta de concentración, insomnio y otros problemas psíquicos. Engañados por un prospecto perverso que les decía que Agreal era eficaz en el tratamiento de las “manifestaciones psicofuncionales de la menopausia”, los médicos continuaban recetándoselo a las mujeres que continuaban empeorando. El síndrome era causado precisamente por el medicamento con el que se quería tratar.

Cualquier fármaco puede ser peligroso si se aplica más allá de las indicaciones para las que se hicieron ensayos clínicos. Las pruebas hechas con Agreal fueron de muy pocos ciclos del medicamento. Como es obvio, no se hicieron ensayos para comprobar si funcionaba en las ”manifestaciones psicofuncionales de la menopausia” porque es algo que no existe, fue un invento del laboratorio fabricante Sanofi Aventis.

Todo esto recalca la importancia de que los médicos sepan lo que recetan; que conozcan a fondo los medicamentos que emplean. Para ello sus fuentes de información han de ser independientes, no como ocurre ahora que mayormente son los laboratorios quienes les “forman”. Claro que también hay que plantearse la responsabilidad de la Agencia de Medicamentos en todo esto pues fue la que le permitió a un laboratorio inventarse una indicación de su medicamento con funestos resultados.

Los médicos fueron engañados por el laboratorio. ¿Hicieron algo para que no vuelva a repetirse (si es que no está ocurriendo con otros laboratorios y otros medicamentos)? De momento NO.


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