Cada imagen que la sonda Cassini nos manda de la luna Titán es más sorprendente que la anterior.
El radar que lleva a bordo traspasa sin dificultad la densa atmósfera que rodea uno de los mundos más asombrosos que jamás hemos explorado.
Esta vez no tenemos ninguna imagen de los grandes lagos del hemisferio norte, ni las sinuosas curvas de ríos de metano. La sonda nos manda instantáneas de líneas oscuras talladas sobre dunas muy parecidas a las que podemos observar en nuestro propio planeta.
La principal diferencia radica en que, mientras en la Tierra las dunas están formadas por silicatos, la arena que forma estas dunas alienígenas se compone de partículas de materia orgánica.
Estas partículas son arrastradas por vientos no muy fuertes (apenas un metro por segundo) aunque si en diferentes direcciones, lo que provoca que vayan acumulándose con ciertos patrones.
Cada sobrevuelo de la Cassini muestra un mundo con demasiadas similitudes al nuestro.
No me cansaré de decirlo, el día que nos decidamos a explorar esta pequeña luna de Saturno con la seriedad que se merece nuestra perspectiva del cosmos cambiará. Lo fascinante de este mundo no reside en lo que ya conocemos, lo realmente increíble está en lo que no sabemos.
- Dunas en Titán comparadas con las dunas terrestres
Fuente: esa