Castigo a la especulación

En tiempos donde pocos buscan a la pelota como aliado y muchos se cansan de maltratarla, Lanús va en contra de la mayoría y partido a partido demuestra cuánto le conviene amigarse con la redonda. Cuando el grana domina los partidos desde la posesión del balón, muesta su mejor cara y se convierte en uno de los equipos más peligrosos del torneo. Ahora, cuando no encuentra la forma de hacer su juego se convierte en un equipo insulso y de floja respuesta de mitad de cancha hacia atrás.

Por la gran cantidad de jugadores de buena técnica que posee, el Grana se luce cada vez que busca ser dominador del encuentro. Con la pelota como principal arma, Lanús logra ser ese equipo que hasta hace unas fechas lograba pelearle la punta del torneo a Boca. Cuando el tandem Valeri-Camoranesi, todo un lujo para nuestro fútbol, se hace núcleo de la generación de juego todo parece fácil para los de Gabriel Schurrer: abundan las ocasiones, se lucen los volantes externos y poco puede hacer el rival, que se convierte en un espectador de lujo ante la demostración granate.

Pero increíblemente, aveces Schurrer elige otro camino, mucho más perjudicial para las pretensiones de su equipo. Así como cuando toma la iniciativa Lanús es un equipo peligroso, cuando el rival se adueña de la pelota los del sur del gran Buenos Aires sufren horrores. Si bien Camoranesi se caracteriza por raspar, sólo Fritzler tiene verdadera vocación por la marca, y esto, sumado a la poca seguridad que aporta la defensa, convierten a Lanús en un equipo más que endeble.

Resulta difícil comprender por qué ciertas veces el técnico opta por elegir un camino que, a la vista está, termina siendo peligroso para su equipo. Hoy, luego de un primer tiempo en el que domino a placer por la gran actuación de sus mediocampistas, volvió a retroceder en el complemento y dejó pasar una buena chance para prenderse una vez más a la lucha por el campeonato. Colón, con un potencial enormemente inferior al de Lanús, nunca se rindió y buscó en todo momento a pesar de sus grandes limitaciones. Si bien no suele ser justo, esta vez el fútbol le dio un premio al sabalero, que pudo empatar el encuentro para seguir bien ubicado en el lote de los de arriba.

Pero más que una recompensa para Colón, fue un castigo para Schurrer. Si bien aún mantiene sus chances, los hinchas parecen haber agotado su paciencia y reprobaron las decisiones del técnico antes, durante y después del partido. Sufrió por lo mismo el torneo pasado, pero al menos por ahora no parece aprender de lo sufrido. Los hinchas ya dieron su veredicto, y tienen bien en claro que para Lanús la mejor defensa es un buen ataque.