Sobre un roquedo de más de ochocientos metros de altitud se alza el Castillo de Santa Catalina.
Es una edificación de naturaleza cristiana medieval que se mantiene firme en lo alto del cerro que lleva su mismo nombre, en la Sierra de Jabaluz.
Se conoce así por la capilla de estilo gótico que fuera construida entre los siglos XIII y XIV, en donde se guarda la imagen de la Santa.
A partir de 1230, por iniciativa de Fernando III, el castillo pasó a formar parte de las posesiones de la corona castellana.
De la visita al Castillo de Santa Catalina merece especial atención las vistas que se contemplan de la ciudad desde la famosa cruz que se erige al otro lado del cerro.
Aunque carece de valor artístico en sí misma, es todo un símbolo para los jienenses.
Esta cruz hace memoria a la que en aquel mismo lugar mandó colocar Fernando III tras arrebatar la fortaleza al rey Alhamar.
El día de Santa Catalina (25 de noviembre), la tradición es subir a pie al castillo y asar sardinas.