Mientras tanto, en nuestra tierra proseguían los pequeños sucesos porque... ya lo cantó el poeta, el meu país es tan petit... Y vaya por delante que no hay metáfora de por medio, ya que los ganaderos de Lleida, ante el cierre de las plantas depuradoras y del tratamiento de los purines, se ven abocados a verterlos directamente en la tierra. Hasta hace poco, los ganaderos enviaban parte de los excrementos que generaban los cerdos a una planta que, además, generaba energía "limpia", pero esto se acabó debido a la reducción de las primas para la producción energética .... y bla bla bla.

Pese a que desde el Departament de Agricultura aseguran que hay alternativa a medio plazo, de momento ganaderos catalanes están enmerdados...
Como la tierra. Como el resto (bueno, no tanto) de la población.

P.S. Este es el inicio de una serie con denominación de origen.