Revista Bares y Restaurantes
Cata de vinos monovarietales, Sauvignon Blanc, Chardonnay y Pinot Noir.
Durante la tarde noche del Viernes 26 de Agosto 2016, nos dimos cita en una improvisada carpa expresamente montada para la ocasión en medio de los viñedos, emulando de manera muy modesta la posible futura Bodega Antonelo, bautizada con este nombre a modo cómico e irónico durante la cena por uno de los asistentes, en un paraje próximo a lo que a día de hoy, viene siendo conocido como la finca los frailes, muy cerca de la aldea de Calderón en el termino municipal de Requena. Casi una veintenas de buenos amigos, amantes del vino y de las buenas costumbres culinarias, nos dimos cita en medio de los viiñedos, para de una manera informal, dar el pistoletazo de salida a este nuevo proyecto, que de tal modo, se inicia de manera oficiosa con esta primera cosecha 2016, de uvas Chardonnay y Pinot Noir.
No pudimos encontrar mejor manera que homenajearnos, con una cata de estos citados varietales, fruto de una improvisada selección de vinos, la cual a un servidor me permitió describir las cualidades de dichas uvas y a su vez poder comparar los matices singulares, que hacen que estos varietales tengan actualmente tan importante valor de diferenciación, sobre las variedades que habitualmente son cultivadas en este territorio de la denominación de origen Utiel- Requena, pero que en contra posición, son a su vez cosechadas en mayor medida, bajo el sello de la D.O. Cava Requena.
El primer vino Blanco fue un 100% Sauvignon Blanc añada 2015, de la D.O Rueda, elaborado por Bodegas José Pariente, vino freso de perfil herbáceo, con notas cítricas predominantes y matices tropicales marcados, combinados con importantes notas verdes y todavía una sobresaliente acidez, en boca pedo en boca alto, persistente y largo, en conclusión fue el vino blanco mejor valorado de los tres que se cataron esta noche.
Seguidamente, dimos paso a un vino 100% Chardonnay añada 2015, elaborado por Bodegas Viñas del Vero, bajo el sello de calidad de la D.O. Somontano, un vino de perfil más maduro que el anterior, con notas en nariz con recuerdos a fruta blanca madura bien trabajada, notas de pera y manzana, además un buen equilibrio entre sus diversos puntos. En boca, entrada fresca sin destacar por su acidez, buena estructura, buen volumen, peso en boca algo justo y persistencia corta, aunque pese a que este vino no ofreció nada espectacular, en general gustó por su equilibrio y su franqueza.
El último vino blanco catado fue otro 100% Chardonnay añada 2015, esta vez elaborado por Bodegas Raimat en la D.O. Coster del Segre. Un vino con perfil totalmente diferente a los 2 vinos anteriores, en los primeros compases se mostró muy cerrado, pero al paso de los minutos comenzó a expresar sus singulares cualidades. Llamó mucho la atención un marcado aroma especiado y floral, como laurel y notas de farmacia, las cuales en un principio a algunos presentes les pareció un defecto del vino o del corcho, pero las dudas se disiparon a los minutos siguientes, ya que nos se mostraron aromas desagradables, si no todo lo contrario. En boca, se mostró serio, con volumen y estructura, de persistencia larga y muy vínico en retronasal.
Poner en común, que los tres vinos blancos se mostraron en un mismo rango de color, descrito como amarillo limón, de baja tonalidad y ribete ligeramente dorado. Todos ellos se mostraron todavía fuertes y sin evidentes signos de maltrecha decadencia
Sin perder mucho tiempo y después de fugazmente acondicionar las copas para los vinos tintos que nos esperaban. Llegó el momento de conocer a fondo el primero de los tres monovaritelas de Pinot Noir seleccionado para la ocasión. Un vino añada 2013 procedente de Nueva Zelanda con el nombre comercial Fernway, embotellado y comercializado por la multinacional de origen francesa, Les Grands Chais de France. De color muy caído en copa, sin apenas llegar a los 4 puntos de IC, se mostró con tonalidad teja propia de una evidente y marcada evolución, con lágrima fina, de caída muy viva. En nariz, no desagradó del todo, ya que los aromas ligeramente evolucionados, aportaron notas tostadas y recuerdos a matices de crianza, pero que rápidamente se esfumaron a lo hora de probar en boca, traduciéndose en un vino muy ligero, sin apenas carga frutal, persistencia fugaz y peso en boca casi inapreciable.
Este vino resultó como ejemplo de decadencia y oxidación, para tener en cuenta a la hora de saber evaluar un vino que no pretenda cumplir con las expectativas que sean pretendidas en un vino tinto joven sin crianza en barrica.
Seguidamente, llegó el turno de conocer un 100% Pinot Noir cosecha 2013, elaborado por Bodegas Enrique Mendoza, bajo el sello de calidad de la D.O. Alicante, con una crianza de aproximadamente 12 meses en barrica de roble francés. En copa mostró un importante color subido con ribete ligeramente amoratado, con lágrima gruesa de caída lenta. En nariz, fue necesaria una breve aireación aunque su carga aromática se mostró prácticamente nula al paso de los minutos, defraudando un poco a los presentes. Durante su fase de plenitud en copa, pudimos descubrir notas mentoladas muy importantes, con recuerdos metálicos y todo ello combinado en correcta medida de equilibrio junto a notas de fruta negra madura sin llegar a compotar, cierto recuerdo especiado principalmente pimienta, y notas ahumadas propias de su crianza. En boca, paso correcto con acidez no demasiado presente, aunque con capacidad secante baja, le permitió comportarse como un buen ejemplo de vino ideal, para tomar entre horas. Este vino mostró la mejor relación calidad precio, de los tintos presentados esta noche.
Por último, el vino mas esperado de la noche y el que más expectativas creó sin defraudar, fue el tinto Bassus Crianza 100% Pinot Noir cosecha 2013, elaborado por Bodegas Hispano-Suizas bajo el sello de calidad de la D.O. Utiel-Requena, con una crianza aproximada de 12 meses en barrica de roble francés, la cual es posterior a su propia fermentación, realizada también en barricas nuevas de roble francés. En copa se mostró muy subido de color, con tonalidad muy alta, ribete marcado en tonos cardenalicios y una lágrimas muy gruesa de caída muy lenta. En nariz, se mostró algo tímido en los primeros minutos, pero pese a ello ya indicó su enorme potencial con muy importantes aromas propios de su elegante paso por barrica. A los pocos minutos, los aromas principales de crianza, fueron abriendo paso a unos matices muy complejos que nos permitieron lentamente jugar a desenmascarar sus matices mas ocultos, ya que tanto su imponente carga frutal, como sus perfiles especiados, se fueron combinando con los pasos de los minutos, hasta bien pasado el último sorbo, dándonos un gustoso placer a nuestras papilas hasta incluso pasado un largo tiempo. Su paso en boca amable, de correcta acidez, peso en boca alto, gran persistencia y capacidad secante alta de persistencia media, le hacen ser valedero de pode presumir de ser unos de los vinos mas representativos y que mejor pueden mostrar el potencial de esta uva en esta región, aunque claro, su precio por desgracia, no está al alcance de muchos.
Finalmente, y casi dos horas después de catar y hablar sobre lo que las copas nos contaban, llegó el momento de disfrutar plenamente de los vinos presentados,de la mejor manera que se podía hacer. Se dio lugar para una distendida tertulia informal en la que se aunaron los vinos con diversos manjares propios de nuestra tierra, como lo son los bollos de magro y sardina, las tortas de pisto y los destacados embutidos asados a fuego de leña. Que decir de estos momentos entre amigos, rodeados de buenos vinos y de una compañía inmejorable.
Por mi parte, animar a mi cuñado Toni, organizador de tal velada, de tenerme en cuenta para las futuras y espero que numerosas reuniones, como esta que tuvimos la suerte de presenciar.
Por último desear, que la vendimia de esta cosecha 2016, sea tan buena como esperada.