La leyenda popular dice que allí Almanzor perdió su tambor. O lo que es parecido, si no igual o similar: que el caudillo árabe perdió su aura de imbatible y resultó derrotado. Lo cierto es que Catalañazor, encaramado a una roca, debe su fama histórica a la derrota que padeció Al Mansur (El victorioso) frente a las tropas castellanas y leonesas en el año 1002 de nuestra era, en los tiempos en los que la casi totalidad de la península ibérica se encontraba bajo influjo musulmán.
Almanzor llegó victorioso, pero enfermo, a sus campañas militares del norte de la península procedente del sur. La ruta a seguir hacia Medinaceli le haría remontar el puerto de Santa Inés desde los Cameros y traspasar el portillo de Cabrejas, para salir a campo abierto frente al peñasco de Calatañazor. Hasta aquí la historia y en adelante la leyenda. Sancho García, a la sazón Conde de Castilla, derrotado ya antes por el propio Almanzor, apreció la debilidad física de su rival para batallar de nuevo y buscar su retirada. Sí parece seguro que Almanzor fue sepultado en Medinaceli.
Castillo de Catalañazor./Emijrpbot
Pese a este notable acontecimiento del pasado, la historia de Catalañazor se remonta mucho tiempo atrás. En concreto diez siglos, en época ibérica, a un kilómetro escaso en el Cerro de los Castejones, donde se ha hallado un poblado arévaco que estuvo habitado desde el siglo II a.C. hasta el siglo V. Posteriores son las tumbas antropomorfas del período visigodo encontradas en el cerro que corresponde a la actual Catalañazor.
De su pasado romano, se pueden apreciar los restos de un poblado junto al río, las Ruinas de Voluce, que conserva parte de una calzada romana. Más tarde, en el siglo XVII, Catalañazor pasó a depender de la casa de los duques de Medinaceli y luego al marqués de Feria. Precisamente, es originario de Catalañazor Martín de Padilla, quien intervino en la batalla de Lepanto, al que Felipe II otorgó el cargo de capitán general de las galeras de España.
La ciudad de Catalañazor se encuentra rodeada de dos murallas que se conservan casi intactas y que son visitables. El viajero que se dirija a la zona sur por la casi única calle del pueblo encontrará el castillo, emplazado en lo alto de un peñasco. Del siglo XIV, la fortaleza conserva parte de sus murallas y de la torre del homenaje, así como un ventanal de estilo gótico. Unas ruinas espléndidas que merece la pena tener presente.
Arquitectura típica de la localidad soriana./Emijrpbot
Si prosigue su ruta por el pueblo, el viajero encontrará otros sitios de interés, como la iglesia de Nuestra Señora del Castillo, una mezcla de estilos gótico y románico que conserva una pila bautismal y tallas de la Virgen, o la ermita de Santa Ana y de San Juan Bautista, de la que solo se conserva la puerta y los muros. Son escasos los lugares turísticos y no turísticos de Catalañazor, aunque sí es evidente su huella histórica en nuestro imaginario.
Pasear por Catalañazor supone toda una delicia para el viajero. El tiempo parece haberse detenido aquí mientras se dejan atrás calles que guardan todo el sabor de una arquitectura popular, pobre pero hermosa, con entramados de madera y adobe en las plantas altas y muros de piedra en las bajas. Llama la atención del viajero las chimeneas cónicas que tienen la mayoría de las casas en su interior para combatir el duro frío de estas tierras.
Ermita de la Soledad./Emijrpbot
El aficionado a los entornos naturales cuenta con un par de delicias que no debe perderse si visita Catalañazor. Una de ellas es la reserva natural del Sabinar de la localidad soriana, que alberga un un precioso bosque de 22 hectáreas de sabanas con ejemplares milenarios que alcanzan una altura considerable. Historia y naturaleza van cogidas de la mano en los viajes a Castilla León, sin duda.
La otra joya natural de Catalañazor es la Fuentona, un peculiar manantial de aguas calmadas y cristalinas que se abre paso a través de un cañón, que anticipa una próxima visita al espectacular cañón del río Lobos y su histórica ermita de San Bartolomé de Ucero, otro lugar de poder templario, como la segoviana iglesia de la Vera Cruz. Por lo que es posible, si se opta por descansar en la zona, buscar casas rurales en Catalañazor, una opción valida de alojamiento. Bienvenido a uno de los lugares con encanto de Castilla León.
Dónde dormir: La casa rural de Catalañazor; Calle Real, 10; Calatañazor (Soria); teléfono; 975183642.
Dónde comer: Casa rural El mirador de Almanzor; C/Puerta Vieja, 4; 42193 Calatañazor (Soria); teléfono: 975183642.