de Chufo Llorens.
Título: Catalina, la fugitiva de San BenitoAutor: Chufo LlorénsEditorial: DeBolsillo, 2009.Páginas: 864.
Resumen oficial.
La historia de un gran amor que rompe con todas las barreras sociales.
Catalina es una chica osada que rompe con su destino en un convento y decide escaparse disfrazada de hombre. Perseguida por la Inquisición, trabajará de paje para el hombre a quien ama, mientras que, vestida de mujer, se convierte en una famosa actriz en la corte.
A través de sus inolvidables aventuras, inspiradas en el personaje histórico de Catalina de Erauso, la monja alférez, el autor introduce al lector en los usos y costumbres del siglo XVII español, paseándolo por la corte, las mancebías, los conventos, el teatro, los duelos, el toreo... y los autos de la Inquisición.
Impresión personal.
Este libro llevaba unos años en mi estantería a pesar de que el anterior libro del autor que había leído ("Te daré la Tierra") me había gustado mucho. Supongo que el grosor del mismo es lo que me echaba para atrás cada vez que me acercaba a seleccionar una nueva lectura.
Sin embargo, este año ante la publicación de "La ley de los justos" del mismo autor, la conciencia se me removía pensando que quería leer esta nueva novela, en vez de ponerme con la que ya tenía en la estantería. Al final una recomendación de una bloguera y una llamada a la cordura me inclinó a optar por la opción más razonable. Y no me arrepiento porque he disfrutado de principio a fin de esta lectura a pesar de lo "tochazo" que es.
Catalina, la fugitiva de San Benito es una novela de ficción histórica que nos relata la vida desde que nace hasta su muerte de esta peculiar y luchadora mujer que vivió durante la época del Conde Duque de Olivares, Lope de Vega o Francisco de Quevedo (finales del siglo XVII). Conoceremos así las condiciones y los tejemanejes ligados al momento y las circunstancias de su nacimiento en el seno de la familia de un hidalgo, Martín de Rojo, venido a menos; su infancia en el Convento de San Benito, donde será educada, a pesar de sus inclinaciones naturales hacia la libertad y su curiosidad sobre todo lo que hay más allá de los muros, para convertirse en monja de clausura; conoceremos todo lo que le ocurre en el convento, a sus primeros amigos y también a sus primeros enemigos, amigos y enemigos que irán apareciendo después a lo largo de su vida en diferentes momentos y que serán decisivos en muchas de las cosas que le ocurren; viviremos con ella su huida del convento, los personajes con los que se va encontrando y con los que va conviviendo y aprendiendo a vivir en libertad, sus disfraces para pasar desapercibida ante quienes la persiguen; su primer y único gran amor, sus habilidades y su arte con la espada y en las "corralas" de la época. Una vida, sin duda, llena de aventuras, de tensión, de momentos de ternura y dudas, de lealtades y traiciones y, sobre todo, una vida superentretenida y tan intensa que te tiene en vilo la mayoría del tiempo no sólo por la intrepidez y la valentía de la protagonista sino porque sus enemigos, además de poderosos, son realmente perversos.
Catalina es la gran protagonista de la novela. Es un personaje inspirado en Catalina de Erauso, la llamada "Monja Alferez", una mujer que como nuestra Catalina se disfrazó de hombre para poder optar a un destino que en su época estaba vedado a las mujeres. En este sentido, en la novela veremos a nuestra protagonista unas veces convertida en Alonso Díaz, otras veces será Catalina y otras una famosa actriz y cantante en la corte madrileña.
Junto a ella, a lo largo de su vida van desfilando múltiples personajes de todas las condiciones sociales y en diferentes papeles: monjas y curas, gitanos nómadas, pajes, espadachines, mujeres de vida ligera, profesores de esgrima, condes y duques, etc. Unos personajes muy bien perfilados cada uno en su ambiente, cada uno en su papel. El autor no sólo nos dibuja personalmente a cada uno de ellos, sino el trabajo al que se dedican, su papel en la época en que les toca vivir. De tantos como aparecen destacan para mi gusto aquellos que representan a la Inquisición, como el Secretario del Santo Oficio y obispo de Astorga D. Bartolomé Carrasco y su familiar del Santo Oficio Fleitas de Andrade, dos personajes oscuros, crueles y traidores cuyo único interés en toda la novela es el suyo propio y el daño ajeno. Por otro lado, encontramos a la casa del marques de Torres Claras, de cuyo hijo, Don Diego, se enamora Catalina, un muchacho de gran corazón, valiente y leal hasta la medula.
Los personajes está perfectamente ubicados en su época y en su papel como si todo fuera un gran portal de Belén donde se ve cada pieza cumpliendo su cometido sin desentonar. Una época convulsa pero muy rica culturalmente, de lucha por el poder y miles de rifirrafes entre las competencias de la justicia del rey y la justicia de la Inquisición. Es la España del Siglo de Oro español con Lope de Vega, Quevedo, Gongora en literatura y pintores como Zurbarán, Velázquez o Murillo, pero también una España donde los privilegios de la nobleza empiezan su decadencia ante el auge de una incipiente burguesía comercial y la inmensa pobreza de un pueblo llano que apenas tiene que llevarse a la boca.
En conclusión, un libro muy ameno, bien escrito con alguna que otra licencia histórica, unos personajes impecables y variados y donde la historia de toda una época nos enseña una España llena de contradicciones en diferentes ámbitos de la vida.