Revista Ciencia

Categoría “ppp”

Por Cristóbal Aguilera @CAguilera2

La naturaleza, que es infinitamente sabia, ha determinado que existan cosas de diferente forma y tamaño que en sí no son más que variaciones de lo mismo. ¿Acaso pensamos que por el hecho que entre los humanos haya personas de dos metros y otras de metro cincuenta haya que sacrificar unas u otras? ¿Acaso es mejor alguien que pesa cien kilos que una que apenas llegue a los cuarenta? ¿Supone algún perjuicio tener un perímetro craneal superior a la media? Y quien dice craneal, dice pectoral, anchura de caderas, grosor de muslos, color de piel, largura del cabello, color de ojos o presencia o ausencia de pelos en los sobacos.
La naturaleza nos engaña y lo demuestra generando una categoría de peces que es la tortura de los acuicultores, son los que pertenecen a la categoría "ppp". Estos individuos presentan una característica y es su apego a ser siempre iguales y con iguales queremos decir precisamente eso, que siempre son iguales.

El éxito de la producción y su máxima eficiencia se consigue cuando se hace avanzar a la población dentro de una curva gaussiana que viene a representar, ojalá, al noventa por ciento. ¡Ja y ja! Esto no pasa nunca.

Menos mal que podemos clasificar a los peces y seleccionarlos gracias a un invento de nuestro apreciado Ripley. A este singular personaje, después de hacerle la vaca varias veces ya que no entendía el concepto humillatorio que implicaba o tal vez porque en el fondo debía gustarle llevar los genitales de colores, acabamos cogiéndole cariño y le encargamos la fabricación de un sistema de cribado artesanal.

Imaginación tenía el muchacho, basta con releer " La conquista del espacio". De modo que a una estructura cuadrangular de medio metro por medio metro, le añadió un armazón que soportaba unas barras longitudinales de igual amplitud a lo ancho de toda su largura. Esto hacía que los peces que eran introducidos en el artefacto si presentaban un tamaño superior a la distancia de las barras, quedasen atrapados en la parte superior y si por el contrario no era así y no alcanzaran el mínimo pasaran fácilmente. A los primeros se les denominaba "q" y a los segundos "p". Puesto que este concepto presenta una extrema complejidad lo explicaremos con mayor claridad, los "q"quedan y los "p" pasan.

Esta es la primera selección a la que se someten los peces criados y que pretende evitar la mala hostia que se gastan los "q" con respecto a los "p" y que no es otra que les gusta zampárselos. En la naturaleza pase, pero en el criadero ni locos.

Cuando tras un mes, más o menos, se los vuelve a someter a la misma operación tenemos como resultado que de los "q" se generarán los "qq" y los "qp". Los primeros ya apuntan a superdotados aunque tampoco es que nos gusten demasiado ya que tienden a alargar la prolongación derecha de la gaussiana y eso no es bueno. Guardamos los "qp".

Sin embargo los "pp" empiezan a mostrarse rebeldes y desconsiderados. Nos miran mal y se vuelven esquivos y huidizos. Son de mal comer y de crecer frágil y quebradizo. Como no está todo perdido los ponemos aparte y los mimamos. Un poco más de temperatura, pienso de mejor calidad, un par de limpiezas adicionales, dos o tres tomas extras, un bañito reconfortante de formol para ayudarles con el apetito. Vamos, vamos.

Y sí, finalmente llegamos a ese terrible momento, momento en el cual los "pp" deben ser procesados. Como es de esperar de su cribado obtendremos los "ppq", extraños peces que tienen una extraordinaria similitud con los "qqp" de la generación posterior y que es verse, oye, y se produce un flechazo de tal intensidad que no hay quien los separe. Y como no hay dos sin tres y siempre hay quien tiene que tocar los cojones, nos aparecen los "ppp". Estos son los que están poseídos por el síndrome de Peter Pan y que han tomado la decisión de no crecer y por ese motivo, con todo el cariño del mundo, los denominamos "
putos peces pequeños" quedando así explicado el acrónimo de su categoría. No future.


Volver a la Portada de Logo Paperblog