¿Quién no ha conocido a una persona por Internet y le ha contado unas mentiras más grandes que las pirámides de Egipto? O lo que es peor, ¿Quién no se ha hecho pasar, directamente, por otra persona, con otro físico, otro trabajo y otra vida completamente diferente a su vida real?
Catfish es la historia de Nev, un fotógrafo que vive en Nueva York y que se pone en contacto con una niña que pinta cuadros y que... bueno, ¡tiene talento! Gracias al contacto con esta niña Nev acaba conociendo virtualmente a toda su familia y ya de paso se enamora de Megan, su hermana mayor, con la que empieza una relación por teléfono.
Después de mucho tiempo hablando y mucho te quiero y después de empezar a encontrar ciertas cosas sospechosas que le hacían dudar de lo que la familia de la niña artista le contaba, Nev decide emprender un viaje con sus amigos para conocer por fin a esta familia y a la chica de la que está enamorado.
Un documental, que además de ser muy interesante por todo lo que se esconde detrás de la preciosa cara de la chica de la que Nev se enamoró, va a gustar a cualquiera que haya ligado alguna vez en la red, ya que es muy fácil sentirse identificado.
Es también una interesante reflexión sobre la psicología que se esconde detrás del boom de las redes sociales y las necesidades del ser humano, pero creo que, sobre todo, es un documental para sentarse y disfrutar viendo las desgracias ajenas, y pasar incluso un poquito de vergüenza ajena en algunos momentos.
Este documental tuvo tanto éxito que se convirtió en una serie de la MTV en la que Nev ayuda a otras personas que mantienen relaciones por Internet a que puedan, por fin, quedar y conocerse. Copón de documental para Catfish, una bonita demostración de ese segundo mundo que son las redes sociales.