La insuficiencia ovárica prematura es una de las causas más comunes de infertilidad femenina, es un problema que afecta a un 1%-4% de la población femenina, cuyo origen puede deberse a un defecto enzimático, un origen autoinmune o infeccioso, haber recibido quimioterapia o radioterapia, o tener un origen genético. En este último caso, un grupo de investigadores del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), en colaboración con expertos de la Universidad de Salamanca, ha logrado descubrir la causa genética de la insuficiencia ovárica prematura, problema que provoca la pérdida de la función ovárica mucho antes que la menopausia.
Parece ser que la razón genética de la disfunción ovárica es la mutación del gen STAG3, esta mutación causa una fallo en la codificación de una proteína responsable de determinadas funciones en el organismo. TAG3 codifica una subunidad del anillo de cohesinas, complejo proteínico responsable de mantener la estructura de los cromosomas, que está además implicado en la mitosis celular.
Este proceso biológico permite que se produzca una célula haploide o gameto (célula sexual) a partir de una célula somática diploide, es decir, células germinales precursoras de óvulos. Las cohesinas participan en la unión del ADN, en su reparación, en la replicación y en la recombinación, regulan la transcripción y están implicadas en el mantenimiento de la pluripotencia (capacidad de generar la mayoría de los tejidos) de las células madre y la diferenciación celular, proceso en el que las células de un determinado linaje celular sufre modificaciones en su expresión génica.
Los investigadores del CSIC han conseguido relacionar las mutaciones del gen STAG3 con la infertilidad humana, mostrando que su alteración impide la producción tanto de óvulos como de espermatozoides, ya que esta mutación también está implicada en la azoospermia, trastorno por el que los hombres no tienen un nivel adecuado de espermatozoides en el semen. Este tipo de estudios son muy complejos y requieren de toda colaboración posible, de ahí que también hayan participado investigadores franceses y estadounidenses para realizar una secuenciación genética de un exoma (partes codificantes de los genes que formarán parte del ARN mensajero). Los científicos habían identificado una región en un cromosoma que estaba vinculado a la insuficiencia ovárica prematura en una familia de Oriente Medio.
De las dos hermanas de la familia, una estaba sana y la otra era estéril, se analizó la fracción del genoma en cada hermana logrando determinar que la pérdida de una base en el gen genera una proteína disfuncional. Los expertos comprobaron que la mutación se encuentra en las dos copias del gen, una de cada progenitor, algo que provoca la ausencia total de la proteína codificada por TAG3. En individuos sanos, una de las dos copias no está mutada, lo que refuerza aún más que la causa de la insuficiencia ovárica prematura sea la mutación. Para demostrarlo, se realizaron pruebas con roedores de laboratorio que tenían el gen mutado, las hembras con la disfuncionalidad del gen TAG3 eran estériles.
Ahora se conoce la causa genética de la insuficiencia ovárica prematura y con ello quizá se podría evitar que las futuras generaciones heredaran la mutación que provocaría la insuficiencia ovárica. Pero para esto todavía quedarían varios años, de momento los test genéticos se utilizan para descartar aquellos embriones con enfermedades graves en los procesos de fertilización. Como decíamos, esta mutación también afecta a los varones provocando que sufran azoospermia, por lo que se corrobora que es responsable de la esterilidad femenina y un potencial candidato en la infertilidad masculina. Podéis conocer los detalles de este estudio a través de este enlace.
Foto | Bruno C. Vellutini
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Causa genética de la insuficiencia ovárica prematura