Sin embargo, también existen causas exógenas (las que verás en este artículo) relacionadas con la climatología y orografía, además del tipo de combustible (biomasa) que se encontrará el fuego.
Análisis de las causas de los fuegos.
Las causas que originan los incendios forestales se pueden clasificar en 3 grupos:
- Incendios provocados por causas humanas, aquí se divide en accidentes, negligencias o intencionados.
- Incendios provocados por causas naturales.
- Reproducción de otros incendios.
1. La actividad humana modifica el medio ambiente y, en la mayoría de los casos, esta modificación origina grandes impactos ambientales.
Por este mismo motivo, cualquier proyecto que vaya a realizarse en zonas de especial interés paisajístico o medioambiental, tendrá que contar con el Estudio de Impacto Ambiental pertinente, garantizando así la mínima afección posible de antemano.
Por otra parte, zonas de afluencia masiva de público durante fines de semana y épocas estivales que realizan actividades recreativas y de ocio, son zonas y temporadas que suponen más del 40% del total de incendios forestales producidos anualmente.
No cabe destacar a la “persona” de turno que se divierte produciendo un incendio.
Contando los 3 factores tenemos un porcentaje del 78% sólo para actividad humana.
2. Los incendios provocados por causas naturales son los menos frecuentes suponiendo un 2% del total.
El motivo más común que origina un incendio de este calibre es la caída de rayos en zonas boscosas.
¡Cae un rayo y descubrimos el fuego!
La razón por la que es menos frecuente especialmente en España es porque tenemos veranos secos e inviernos húmedos, por lo que las mayores caídas de rayos se originan durante los meses de precipitaciones y así dificulta que se origine el fuego.
3. La reproducción de incendios también es menos frecuente, un 5%, y no es más que la reproducción de un incendio forestal que ya se había considerado extinguido.
Comportamiento del fuego.
Igualmente es importante conocer el comportamiento del fuego o el incendio para tomar las medidas de control más efectivas.
Como no quiero que el artículo sea muy extenso y aburrido, además de que tampoco te estoy formando para que entres en el cuerpo de bomberos, te diré de pasada las variables que determinan dicho comportamiento (si quieres más información al respecto tan sólo comenta e iré proporcionando más datos).
Las variables que determinan el comportamiento del fuego son:
- Velocidad de propagación.
- Longitud y altura de la llama.
- La intensidad del fuego.
- La distancia de propagación.
- El área quemada.
- El perímetro y forma del área quemada.
- La existencia de focos secundarios.
- El coronamiento en incendios de bosques.
Causas exógenas de los incendios.
Ahora sí, paso a explicar estas causas de forma más detallada.
En primer lugar tenemos la climatología.
En esta parte se tienen en cuenta aspectos relacionados con la temperatura, humedad, el viento, la nubosidad (indican concentraciones de vapor de agua elevadas) y las precipitaciones.
Estas variables climatológicas variarán a lo largo de todo el día, por lo que es muy importante prever su evolución para poder controlar los incendios de forma más efectiva.
Temperatura, ésta puede crear movimientos de aire que afectarán a la intensidad, velocidad, altura de la llama y la dirección de propagación del incendio.
Existe una clara relación directa entre valores bajos de humedad relativa en el aire y número de incendios declarados, haciendo que la humedad del combustible biomásico sea también baja, lo que significa que aumenta las probabilidades de ignición y aparición de focos secundarios.
Lo mejor en estos casos es tener una humedad alta, una mayor cantidad de vapor de agua presente en el aire.
El viento favorece la propagación y dificulta el control de un incendio. Además, se puede producir cambios de dirección y de velocidad aumentando así los riesgos.
Por otra parte, el viento ayuda al transporte de grandes cantidades de combustión, favorece la evaporación (baja la humedad), precalienta el combustible, incrementa la presencia de oxígeno (ya viste en el artículo anterior que el oxígeno es el agente que se encarga de la oxidación del combustible) y modifica arbitrariamente el comportamiento del fuego.
En segundo lugar, tenemos la orografía. Se refiere tanto a las elevaciones que puedan existir en una zona en particular como a la descripción de las mismas que realiza la geomorfología.
Si la orografía es muy abrupta, grandes elevaciones en pequeños intervalos, el comportamiento del fuego será muy distinto al que puede producirse en una gran pradera en la que no hay ninguna elevación significativa.
Es decir, que a mayor pendiente del terreno más facilidad para que se produzca un movimiento ascendente del aire caliente generado por el incendio.
Según el origen del fuego, la pendiente puede influir en la propagación de 2 formas distintas:
Si el fuego se origina en la parte alta de una montaña, éste se extenderá ladera abajo con una velocidad de propagación reducida al principio.
En la medida en la que se vaya quemando el terreno se producirán desprendimientos de vegetación ardiendo ladera abajo, lo que producirá nuevos focos de ignición.
Si el fuego se origina en la parte baja de la pendiente, la velocidad de ascenso del mismo será muy elevada como consecuencia de la corriente de aire de alta temperatura que se producirá en la base del fuego.
Dicho de otro modo, la pendiente tiene una relación proporcional a la velocidad de propagación del fuego.
Considerando todas las demás variables constantes para sólo centrarnos en la pendiente, se puede observar que un incendio producido en un suelo horizontal con una pendiente inferior al 5%, triplicará su velocidad de propagación si la pendiente se incrementa hasta un 30%, y si la pendiente pasa hasta un valor del 60% se duplicará de nuevo su velocidad.
Para terminar, tenemos los combustibles.
Es lógico decir que el combustible en el bosque variará según las estaciones del año y de la distribución espacial, además de que los pequeños restos de astillas y ramas desprendidas de los árboles tendrán más facilidad para quemarse que los grandes troncos.
Esto se debe a que son más fáciles de secarse y, por consiguiente, su porcentaje de humedad es más reducido.
A su vez, se tiene que tener en cuenta la agrupación de los combustibles sobre el terreno.
Si se encuentran en una continuidad horizontal será más complicado aumentar la velocidad de propagación mientras más abierta sea una zona y menos cantidad de combustible tenga.
Después está la continuidad vertical, si los combustibles se ubican en forma de “escalera” permiten al fuego ascender rápidamente a las copas de los árboles y extenderse a otras partes del bosque.
Igualmente se debe de mirar la estratificación, que de forma genérica se dispone de la siguiente manera:
- Monte arbolado natural
- Monte repoblado
- Matorral
- Pastizal
Las formaciones de matorral son las que presentan mayores dificultades para el control del incendio forestal, teniendo en cuenta, claro está, las condiciones similares de topografía y tiempo climático.
Por último, y sin contar con el porcentaje de humedad que puedan tener la distinta vegetación ya vista anteriormente, tenemos que tener en cuenta también el grado de inflamabilidad de las especies vegetales.
Algunos ejemplos de especies muy inflamables durante todo el año son:
- Pino Carrasco.
- Encina.
- Tomillo…
Durante los meses de verano:
- Alcornoque.
- Esparto.
- Pino resínero…
Y de especies poco inflamables tenemos a:
- Enebro.
- Madroño.
- Jara estepa…