Ahora se ha puesto de moda comprarla ya frita y la verdad es que no se vende barata. Y digo yo, con lo sencilla que es de hacer, ¿no es mejor hacerla en casa?, con aceite limpio y de calidad, y con harina en condiciones.
El secreto de que la cebolla quede crujiente no es otro que sumergirla una media hora en agua fría, basta pasarla por harina y freírla, el crujiente está asegurado.
Eso sí, es para comerla recién hecha, ya que la cebolla al ser fresca no se va ha quedar dura como la que se vende, si dejamos que se enfríe, la cebolla se pochará un poco.
Es cierto que no se puede abusar de los fritos, pero si los hacemos de vez en cuando, mejor que sea casero que precocinado o ya hecho.
- Una cebolla grande o dos medianas
- Agua fria
- Sal
- Aceite para freír
2. . Escurrimos la cebolla, y la pasamos por harina y la mezclamos bien. Lo hacemos por tandas, tanto enharinar como freir. Para que no se haga una pelotera.
3.Cuando tengamos un montoncito enharinado, sacudimos bien, que caiga la harina que no se haya pegado a la cebolla y la echamos a freír. Movemos un par de veces, para que se haga por todos los lados, sacamos y escurrimos en papel absorbente y espolvoreamos con un pellizco de sal.
Así con cada tanda.