Revista Belleza

Cejas perfectas

Por Tuestilistaonline

CEJAS PERFECTAS
CEJAS PERFECTAS
Paula Grande
Hace ya algunos meses os comentaba mis impresiones sobre las cejas. Hoy vuelvo a dar la lata con el mismo tema, porque hay cosas que justifican una entrada por si solas. El caso es que ayer, de noche, salí de fiesta con unas amigas y en uno de los locales que visitamos, una chica llamó poderosamente mi atención. No por guapa, que lo era, ni por estilosa, que también (aunque un poco pasada de revoluciones), si no por dos cejas que le pegaban tanto como a un santo dos pistolas. Eran negras, negrísimas, media docena de tonos más oscuros que su cabello, cortas, y completamente dispares: llevaba un ~ sobre el ojo izquierdo y un – sobre el derecho. Vamos, un espanto total.
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Aquello era un caso extremo, pero todas las personas tenemos las cejas un poco asimétricas, como el resto del rostro y del cuerpo. Yo, sin ir más lejos, tengo la derecha más corta que la izquierda, ya que de niña me caí, me hice una cicatriz un poco por fuera y por encima del ojo, y a partir de ese punto no me nace pelo. Pues la otra la acorto hasta el mismo punto, y listo.
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Un consejo de todas las expertas es que hay que ir depilando las cejas de manera alterna, quitando un poco de la izquierda y otro poco de la derecha, para controlar mejor el resultado. Y siempre es recomendable respetar dentro de lo posible su forma natural, porque la naturaleza es sabia y porque así nos ahorraremos mucho tiempo de rediseño y mantenimiento.
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En esto, como en todo, hay tendencias y hay gustos. Basta fijarse en las películas para ver como a lo largo de los últimos cien años se han ido sucediendo los estilos de ceja, igual que en la ropa, el peinado o el maquillaje. 
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Pero el gusto personal y, por supuesto, la materia prima con la que trabajamos también tienen mucho que ver. Recuerdo que la primera vez que quise retocármelas un poco mi idea era dejármelas como las de Winona Ryder (pensad que de eso hace unos 15 años, así que estaba en la cresta de la ola).
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Me encantaban, y me siguen encantando: largo normal, ancho normal, y tirando a rectas -esto último ya entra dentro de mis preferencias particulares-. Pero la profesional encargada de realizar el trabajo enseguida me hizo desistir. Mi forma natural es incompatible con ese estilo, así que me conformé con limpiarlas, sacar los pelillos de más y listo. Desde entonces, me las retoco habitualmente en casa, aunque un par de veces al año dejo que me las hagan en la peluquería. Antes, por supuesto, miro como las tiene la chica encargada de la labor (para estar más atenta, por si le tira la depilación “brasileña” de las cejas), y nunca, nunca, dejo que me las hagan con cera, y mucho menos por abajo: esos tirones, a la larga, tienen que descolgarte la piel de los párpados hasta los mofletes.
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Otro principio que no conviene olvidar es que cuanto más rediseño, más trabajo de mantenimiento, y siempre es preferible unas cejas menos perfectas, pero de aspecto natural, que unas en las que los pelillos rebeldes surgen cual malas hierbas alrededor del parterre perfectamente cuidado. Y este consejo de depilación es válido para cualquier otra parte de nuestra anatomía.
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Algunas chicas optan por una solución definitiva. Se las depilan por completo, y después se las tatúan. Por favor, no lo hagáis. A menos que padezcáis alopecia en esa zona, es mejor pasar el trabajo y que tengan pelo de verdad, no pintado. Si realmente os da tanta pereza, es preferible dar un paso adelante y dejar de depilárselas. Yo tengo una amiga que jamás se las ha tocado, y le quedan bien, con su estilo. Hay hasta una celebrity asidua del “¡Hola!” que parece prima de Groucho Marx, y he leído entrevistas suyas defendiendo que le gustan así. Pues vale.  
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Esto, que en el caso de chicas puede ser una opción arriesgada, para los chicos es casi una obligación. La depilación de las cejas masculinas sólo puede ser inexistente o imperceptible. No hay cosa que me dé más grimilla que un tío con las cejas más definidas, perfiladas, finas o cortas que yo. Una cosa es el entrecejo, y el efecto Blas no nos gusta a ninguna, creo yo. Pero de ahí a que parezcan hechas con plantilla, media un abismo.  
CEJAS PERFECTASPero de cosas que no le favorecen a los chicos prometo (con el permiso de Pep, claro está) hablar otro día.
Hasta la próxima semana.

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