A pesar de que en las noticias el caso ha pasado a un segundo plano, o para ser precisos digamos al olvido mediático total, la policía no ha dejado de investigar las pistas que han llevado a la detención de un hombre de Chicago, presuntamente culpable del famoso " CelebGate". Docenas de fotos y vídeos entre lo íntimo y lo pornográfico de famosas estrellas corrieron como la pólvora por internet, en lo que también ha sido llamado en un tono más explícito como " The Fappening ".
Pues bien, hoy ha trascendido la orden de registro realizado en el mes de octubre de 2014, en el cual se deja entrever que el FBI ha localizado y detenido a un individuo llamado Emilio Herrera, entrando en su piso y confiscando numeroso material informático, entre el que se encuentran varios teléfonos móviles y ordenadores, tarjetas de memoria e incluso un Kindle Fire, cosa que no deja de ser bastante curiosa.
El hecho de que exista una orden de registro le confiere un caracter de verosimilitud al CelebGate sin duda alguna, aunque lo cierto es que la no respuesta a preguntas de los periodistas por parte del agente especial Josh Sedowsky de la unidad de cibercrimen del FBI, deja claroscuros sobre la mesa.
El más notorio de estos puntos negros sería sin duda la contradictoria actitud de un tipo capaz de piratear cuentas a un alto nivel cibercriminal, pero que opera como un novato cuando realiza sus fechorías en su propio domicilio. Raro, muy raro.
Las investigaciones apuntan a que desde este piso se habría entrado a 572 cuentas de iCloud entre el 31 de mayo de 2013 y el 31 de agosto de 2014, sumando un total de 3.263 accesos a las mismas. El método que el señor Herrera habría empleado sería el phising de contraseñas a través de emails, y un proceso posterior de reseteo de contraseñas. Los famosos afectados serían Jennifer Lawrence, Kate Upton, Abigail Spencer, Christina Hendricks Hope Solo, Jennette McCurdy, Olivia Wilde, Anna Kendrick, Emily Browning, y Amber Heard.
Esta serie de superestrellas de Hollywood sufrieron un tremendo hackeo en sus cuentas de iCloud, y como consecuencia vieron la luz los ya comentados materiales foto y videográficos de carácter privado, muy privado. Obviamente esta noticia no solo corrió como la pólvora por internet, sino que saltó a los mass media en un santiamén, adquiriendo el affair un carácter cuasi épico, bíblico.
La seguridad de los sistemas de Apple y en concreto de iCloud fueron puestos en entredicho, las amenazas de demandas de los abogados de las victimas volaron en todas direcciones, y las declaraciones de los afectados por este hackeo rozaron lo pueril en muchos casos. Seamos serios, cuando eres una súper estrella de Hollywood tal vez deberías pensarte dos veces lo que estás haciendo cuando fotos tuyas que sobrepasan cierto limite las almacenas fuera de tu terminal. No justificamos el hackeo, pero echar balones fuera sobre las propias responsabilidades ignorando el más mínimo sentido común y asignando a la tecnología la carga de la culpa de este feo asunto, parece cuanto menos fuera de lugar.