En Panamá celebramos el Día de la Madre el 8 de diciembre, en el marco del Día de la Inmaculada Concepción. Según estuve leyendo, más nadie comparte con nosotros esta fecha, es por eso que aún lo hace más especial. Con este día arranca la celebración decembrina. Las calles se vuelven intransitables, en los centros comerciales no cabe ni el clásico alfiler y el ir y venir de regalos del "Amiguito Secreto" forman parte del diario vivir de diciembre. Como este año no estaremos en Panamá para las fiestas de fin de año decidimos pasar la cena de navidad para celebrar el Día de la Madre. El menú fue de lo más clásico: Jamón, tamal de olla, rosca de huevo, arroz con guandú y ensalada de papas con pollo.
Para iniciar con la preparación de nuestro jamón ahumado, mezclamos unas cuantas cuacharadas de mostaza con piña en un bowl con azúcar morena.
Esta mezcla se la pusimos a nuestro jamón. Previamente le quitamos el exceso de grasa. Lo colocamos en una bandeja grande y en el fondo le pusimos un poco de jugo de piña.
Aunque la etiqueta del jamón dice que no se le coloca nada de jugos y menos piñas porque puede dañar la textura del jamón, quiero que sepan que al mio no le pasó nada y quedó delicioso como todos los años. No recuerdo haber visto esa etiqueta en años anteriores.
El jamón fue al horno por espacio de 2 horas a 350 grados F. Durante el asado lo sacamos para colocarle unas rodajas de piña y cerezas. Típica decoración para este plato navideño.
La ensalada de papas no podía faltar. Esta receta especial de mi mamá es deliciosa. Cocinamos las papas y cocimos unas 3 pechugas sazonadas solo con sal, pimienta, ajo y culantro. Cuando estuvieron listas las dejamos refrescar y la deshilachamos.
Aparte cortamos dos tallos de apio y media cebolla para luego pasarla por el procesador hasta que quedaran bien finitas. 2 huevos duros y un frasco de aceitunas también se le pusieron.
El aderezo es el secreto de esta deliciosa ensalada. El caldo que quedó de la cocción de las pechugas se mezcla con la mayonesa. Queda cremosa y deliciosa. Otro clásico de mi mesa para estas fiestas.
El delicioso tamal de olla lo trajo mi suegra, tiene una señora que lo hace por pedidos, y siempre está en la mesa todos los años. Tenía una textura increíble, también fue al horno y la sazón de la masa es una de las mejores que he probado.
Un pollo entero picado en piezas compartió espacio en el horno junto con el jamón. Fue sazonado con un licuado de guisos: ajo, cebolla, culandro y ajíes dulces. Sal, pimienta y aceite de oliva para que fuera al horno por espacio de 20 minutos.
Lo mejor de todo son los desayunos al día siguiente, donde te haces emparedados de jamón con la rosca de Rimith. Un clásico que seguirá por siempre.