El problema aparece cuando permitimos que las emociones gobiernen nuestra vida produciendo conductas disfuncionales, es decir, conductas que no son adaptativas, que no sirven, y que sólo generan malestar y conflictos.
En el caso de la pareja: peleas, invasión del espacio personal del otro, e incluso infidelidades. Porque sí, los celos pueden acabar desencadenando la famosa profecía autocumplida: cuando yo mismo provoco, de manera no consciente, aquel mal que tanto temo.
Y es cuando se dan este tipo de situaciones en la pareja que podemos hablar de celotipia: pasamos de la emoción a la obsesión, la creencia permanente de que mi pareja va a serme infiel, o dejarme por otra persona, o que otra persona llegará para quitármelo.
Esa obsesión acaba en compulsión: una conducta repetitiva dirigida a reducir la ansiedad que nos provoca la obsesión. Prohibir, restringir,controlar, espiar, etc. Conductas que, como digo, facilitan la aparición de la profecía autocumplida, ya que generan desgaste y animadversión, y se acaba buscando fuera la paz, el cariño y la libertad que no encontramos dentro.
La solución para superar esta problemática a nivel de pareja está clara: fomentar una relación basada en la comunicación, el respeto (respeto de un espacio compartido y uno personal y exclusivo), y la confianza.
Lo que sucede es que para un celotípico esto va a ser duro. Sobre todo en el tema de la confianza. Porque su celotipia se ha vuelto un rasgo de personalidad. Al celotípico no tienen por qué darles razones para manifestar celos, ya él o ella se ocupará de encontrarlas, porque es que es así.
Y es así porque la celotipia se construye en base a dos pilares muy personales:
- El sistema de creencias. Que puede estar muy distorsionado si es fruto de malos aprendizajes que han llevado a aceptar como ciertos falsos mitos: todos los hombres son iguales, las mujeres tienen que quedarse en casa... El primer ejemplo es una generalización, el segundo también y además una afirmación bastante anclada en el machismo.
- La autoestima. Porque la desconfianza que aparece en una relación puede muy bien ser fruto de falta de confianza en uno mismo. Si no me valoro y encima me subestimo frente a los demás, fácilmente pensaré que mi pareja me dejará por otra persona y que tengo que poner los medios de "protección" necesarios para que eso no ocurra.
Pegar siempre te la pueden pegar, pero al menos no pongas tú las condiciones idóneas para que eso ocurra. Y si sucede, puedes interpretar ese suceso como una adversidad que te ayudará a crecer y a empezar una nueva etapa en tu vida, si así lo decides. No pienses que ha sido un "robo", porque ésa es otra de las creencias erróneas de los celotípicos: que el otro nos pertenece.
Nadie es de nadie. Una relación son personas que comparten un proyecto en común, no personas que se tienen.
O como dice Fito:
Me di cuenta tarde que te perdí,por pensar que te tenía...