Revista Psicología

Celos entre hermanos

Por Centro Psiconet

¿Celos?

Llamamos “celos” al sentimiento que experimenta una persona cuando tiene miedo a perder el cariño o la atención de una persona especial para ella. Ante la sospecha de pasar a un segundo plano o que quieran más a otro suelen mostrar, además, cierto resentimiento e inseguridad.

Aunque en la mayoría de ocasiones asociamos los celos a los hermanos mayores, por la necesidad de compartir todo lo que anteriormente era suyo, vemos en bastantes ocasiones en las que los hermanos menores tienen celos por los privilegios concedidos a los mayores.

Suelen ser temporales y tienden a remitir cuando el niño vuelve a encontrar su lugar en la familia y empieza a descubrir las ventajas de tener hermanos. No obstante, pueden suponer una oportunidad de conocer esa emoción, así como aprender a gestionarla.

¿Por qué se producen?

Los celos pueden surgir a raíz de muchas situaciones. Las causas más frecuentes son:

  • Sentirse desplazado. Cuando de repente el niño tiene un hermano, ya deja de ser el único protagonista de la casa. Pasa a tener la mitad de atención. Esa sensación de desplazamiento o de dejarle a un lado puede provocar muchos celos.
  • Privilegios. En ocasiones se otorgan determinados privilegios (sobre todo a los mayores ante los pequeños), que también pueden dar lugar a celos derivados de sentir que el otro es más importante.
  • Obligación de compartir. De repente, con la llegada de un nuevo hermanito, todo lo que era suyo tiene que compartirlo con él, desde los juguetes hasta el amor de papa y mama.
  • Falta de atención de los padres. Es frecuente que cuando llega un nuevo hermano, al ser más pequeño, necesita más atención que el mayor. El no saber compensar la atención que dan a cada uno, es normal que el niño mayor vea esa descompensación y que lo perciba como “injusto”. Cuanto más mayor es el niño, más capacidad tiene de comprender que el menor necesita esa atención. Sin embargo, cuando son pequeños lo que perciben es que papa y mama quieren más al hijo nuevo que a él.
  • Carácter y temperamento del niño. Hay niños que son muy sensibles, lo que puede llevar a más inseguridad y a más necesidad de ver en los padres el cariño o la aprobación. Por ello cuando comparten el tiempo y espacio con el hermano pueden ser más sensibles a sentir celos.

¿Cómo se manifiesta?

Cada niño es diferente y, por tanto, las reacciones que pueden tener son muy variadas. Sin embargo, hay determinadas manifestaciones más frecuentes como:

  • Oposición/desafío.
  • Regresiones (actitudes más infantiles).
  • Falta de apetito.
  • Problemas al dormir.
  • Inquietud e intranquilidad.

¿Qué podemos hacer?

  • Crear un clima familiar tranquilo y amable.
  • Fomentar las ganas de ayudarse unos a otros.
  • Dar seguridad al niño.
  • Transmitir afecto y atención.
  • Poner normas y límites adecuados.
  • Permitir que el niño pueda expresar las emociones que siente y ayudarle a gestionarlas de la mejor manera posible.
  • Promover una buena acogida del nuevo hermano, dejándole que se acerque poco a poco y que se pueda implicar en las tareas de cuidado que le hagan ilusión.
  • Dedicarle tiempo de ayuda, de ocio, de escucha, etc.

¿Qué no hacer?

  • Reprochar los celos del niño, pues provocará sentimientos de culpa.
  • Prestar demasiada atención a uno de los hijos y olvidándose un poco de los demás.
  • Dar excesivos privilegios a los mayores.
  • Participar en los problemas de los hijos, posicionándose.
  • Fomentar competitividad.
  • Responsabilizarles del cuidado del hermano.

Por último, destacar que el sentir celos no tiene nada que ver con el amor que el niño siente por su hermano. Le quiere, pero le ve rival y por ello lucha por conseguir lo que quiere y necesita. Tras pasar los celos, la relación suele ser buena.

Fernández, A., Gamarra, A., Izal, C. y Betelu, M. A. (2001). La familia ante los celos infantiles: pautas y orientaciones. Gobierno de Navarra, Departamento de Educación y Cultura.


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