Una de mis mayores preocupaciones al nacer mi hijo pequeño fue la envidia que pudiese sentir el mayor. Claro, de rey absoluto durante 3 añitos, tener que pasar a compartir su trono con un extraño, no tenía que ser nada fácil.
Supongo que la envidia entre hermanos es algo natural, pero no quería agrandarla dándole más importancia de la que creo que debe de tener, así que he hecho todo lo contrario de lo que hicieron conmigo mis padres cuando nació mi hermana y de lo que hace muchas veces la gente para que el mayor no se sienta “de menos”.
Para empezar, el famoso regalo de consolación que le trae el hermanito al mayor cuando nace. Me negué a que fuese un regalo “disculpa por haber nacido” así que lo convertí en regalo mutuo de bienvenida: No sólo el pequeño le trajo un regalo al mayor, sino que al mayor me lo llevé un día de compras, le “di” dinero y le dejé elegir un regalo de su parte para el hermanito (por supuesto totalmente manipulado por mí que, si le dejo, le regala una espada de caballero y eso no es lo más adecuando para un recién nacido, así que elegimos un peluche, lo envolvimos en casa y se lo trajo al hospital encantado).
Después llegaron las famosas muestras de cariño “a evitar” delante del mayor. Mis padres me cuentan que ellos evitaban dar besos y achuchar a mi hermana cuando nació para que yo no tuviese envidia. Pues no señor, yo no me he cortado un pelo a la hora de mimar al bebé delante del mayor ni a la hora de mimar al mayor delante del bebé. Mi madre me decía “córtate un pelo” pero ha resultado ser lo mejor que he podido hacer: el mayor aprende a tratar al bebé según lo traten sus padres, así que si yo le ignoro, él le ignora y si yo le doy besos y le digo cosas cariñosas, él hace exactamente lo mismo. Exactamente. El mismo tono de voz, las mismas frases, los mismos besos…etc. Así que creo que esto ha merecido la pena.
Intento meterlos a los dos en el “mismo saco”. O sea, no le digo al mayor “no hagas mucho ruido que despiertas al bebé”, sino “no hagas mucho ruido que me molesta”. O, por ejemplo, cuando le hace reír haciendo el ganso, les digo “ya estáis haciendo de las vuestra, eh?” y cosas así. Le dejo tocar al bebé, jugar con él…etc. Con mucho cuidado, eso sí, pero algún que otro dedo en la boca y llanto posterior hemos tenido. Aquí lo que he hecho ha sido no regañar al mayor, sino decirle “así no le gusta, mira, mejor haces así. Has visto qué bien? Cómo se ríe?” También les hago partícipes de los logros del otro: Si el pequeño se da la vuelta lo celebramos los dos o si el mayor ha pintado algo bonito se lo enseño al pequeño en plan "mira qué bonito!" (aunque no se entere)
Una de las cosas que no puedo soportar (y que hace, en mi opinión, demasiada gente) es “despreciar” o “hacer de menos” al bebé delante del mayor para que no se sienta mal. O sea, si viene alguien y dice “qué mono es el bebé” automáticamente viene la coletilla “pero tú eres muuuuucho más guapo, vamos, donde va a parar, mil veces más guapo que tu hermano” (o listo, o bueno o lo que sea). Yo no sé si la gente no se da cuenta de que eso fomenta la competitividad entre hermanos y agranda la envidia ya existente. Una cosa es decir “qué guapos sois los dos!” y otra muy distinta es poner a uno por encima del otro porque el pequeño no entiende y le da igual. No me parece bien. Qué pasará cuando el pequeño sea más mayor y entienda?
Los regalos es otra cosa que me pone mala. Todavía no ha cumplido un año el bebé, pero ya hay gente aleccionadora que me está diciendo que cuando cumpla un año, también habrá que hacerle un regalo al mayor para que no se sienta discriminado. Pues no lo pienso hacer, lo siento en el alma. Igual que no le pienso regalar nada al pequeño en el cumpleaños del mayor. En mi opinión, hay que enseñarles desde pequeños a respetar y aceptar que, igual que su cumpleaños es SU día, el día del cumple del otro, es el día del otro y punto. Fomentaré la participación y la ilusión por eso mismo (o por lo menos lo intentaré), comprando los regalos conjuntamente, envolviéndolos, preparando el día del otro…etc.
Ya tuve bronca el otro día con mi marido, que se fue de viaje a Nueva York una semana y nos trajo detallitos a todos menos al bebé porque, total, no se entera. No se enterará el bebé, pero el mayor sí que se entera y no creo que sea bueno que esté viendo que se hacen diferencias desde el principio. Así que la próxima vez, aunque sea un mordedor o un chupete, me da igual, toca detallito para todos o para ninguno.
Aún así, el mayor tiene envidia del pequeño, claro. No hay cosa que más le moleste que tener que interrumpir la sesión de puzzle o coloreo con mamá porque el pequeño está llorando y tengo que atenderle. Pero he conseguido que no lo pague con el bebé, sino con nosotros. Me gustaría que no lo pagase con nadie, claro, pero es obvio que este tipo de cosas sientan mal a cualquiera y que no puedo pedirle a un niño de 3 años que "entienda" que un bebé me necesita ahora mismo y que lo suyo puede esperar un momento. En esto trato de ser comprensiva y nunca le digo "tú eres el mayor y lo entiendes, no?" porque creo que no lo entiende de verdad. Y, como no lo entiende, por supuesto que no uso con él la dichosa frase que usaron mis padres conmigo cada vez que tenía bronca con mi hermana pequeña: "Lo haces porque te da envidia?", porque creo que así se le está justificando (y enseñando a que se la justifique el mismo más adelante) la actitud y creo que existe una diferencia fundamental entre comprender y justificar.
LOS COMENTARIOS (2)
publicado el 25 marzo a las 13:21
Cómo se nota que tú eras la pequeña! ;-)
publicado el 24 marzo a las 16:51
Estoy de acuerdo en todo lo que dices, eres una madraza¡! Se nota que eras muy celosilla de pequeña, pero si te ha servido para manejar la situación con tus niños genial.
Salu2!