Revista Opinión

Celosos de la honra y desentendidos del gasto

Publicado el 11 marzo 2015 por Jamedina @medinaloera

De Partidos Políticos Mexicanos en Facebook.

Mucho fue el “tango” que se hizo a raíz de la carta privada enviada por el Papa Francisco, jefe de la Iglesia Católica, a un paisano suyo, donde advirtió sobre la necesidad de evitar la “mexicanización” de la violencia en Argentina.

No se hicieron esperar las condenas a esa recomendación papal e incluso hubo por ahí una nota diplomática del Gobierno mexicano, protestando ante la Santa Sede por semejante “desacato”.

Como mexicanos que somos nos duele desde luego que la mala imagen de nuestro país se propague por todos los rincones de la Tierra, pero de esta situación no tiene la culpa el Papa, ni Obama, ni la ONU, ni ningún otro personaje e institución internacional que hayan advertido sobre el clima de inseguridad, corrupción e injusticia que se vive en México.

La culpa la tenemos única y exclusivamente los mexicanos, que como gobierno y sociedad no hemos podido hacer frente con eficacia a estos problemas. Y ahora nos exponemos hasta al ridículo tratando de negar lo que a la vista de todo el mundo no es más que la pura verdad.

Dice un proverbio persa: “Si te miras al espejo y te ves mal, no rompas el espejo, rómpete la cara”. Y en efecto, lo que el gobierno debe hacer, en lugar de quejarse porque se exhiban en el mundo sus debilidades, es reconocerlas y corregirlas a la brevedad posible.

Si líderes del mundo tan destacados como el Papa o el presidente Obama expresan de diferentes maneras su preocupación por lo que en México acontece, es porque los problemas han alcanzado niveles de verdadera gravedad, afectando incluso intereses internacionales.

Cuando veo que los políticos mexicanos se molestan porque en el extranjero se hablan pestes de su actuación, recuerdo aquel viejo dicho que retrata fielmente al marido irresponsable: “Muy celoso de la honra, pero desentendido del gasto”, es decir, no le gusta que hablen mal de él, aunque sea un perfecto mantenido.

Por lo tanto, es preciso revalorar el beneficio de la autocrítica y desde luego de la crítica internacional y preocuparnos mucho más por poner orden en la casa, porque de nada sirve molestarnos porque nos exhiban mientras seguimos esperando que los problemas se resuelvan solos.

En lo interno, los políticos, los funcionarios de todos los niveles, en vez de sentirse ofendidos por la crítica, al grado de amenazar a quienes tienen la obligación profesional de ejercerla, debieran alentarla y fortalecerla, con lo cual saldría ganando todo el sistema republicano, y desde luego, la imagen exterior de México que tanto parece preocuparles.

javiermedinaloera.com

Artículo publicado por la revista Portada de México en su edición de marzo de 2015.

 


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