Cuando uno tiene en mente viajar a Italia, más allá de reservar billetes a Roma que no estén mal de precio y/o hacerse con la guía de turno donde a uno le expliquen lo que va a encontrarse, probablemente quiera conocer la célebre y deliciosa comida regional, de la cual hay multitud de restaurantes que de manera magistral plasman en platos sencillos y no excesivamente rebuscados el espíritu de la cocina italiana. En Roma, ciudad a la que vamos hoy, los hay a montones; desde los lujosos restaurantes con renombrados chefs hasta las pizzerias que te venden porciones en la calle -las buenas pizzas no necesariamente estarán siempre en los buenos restaurantes- o los mismísimos restaurantes especializados en pasta -no se os ocurra echar ketchup en los tallarines, aviso-.
Pues bien, hoy os voy a recomendar un restaurante romano caro y en el que su comida no es que sea lo mejor precisamente; y no, no es que me haya vuelto tonto; el restaurante en cuestión se llama Cencio La Parolaccia, y su principal baza es el show que se montan sus camareros, que llegan incluso a insultar y burlarse de los comensales.
Su comida no es que sea mala, sino que más bien es similar a lo que te podrías encontrar en un hotel medio italiano en el menú del almuerzo, pero con la salvedad de que se trata siempre de un menú único y del día; y claro, teniendo en cuenta que por comensal el precio ronda los 50 euros y que el vino es mejor ni probarlo, pues...descoloca un poco. Eso si, lo que pierde por una parte lo gana por la otra; este restaurante es famoso por sus shows cómicos, que pueden ser de más de dos horas, y donde los camareros que te sirven la mesa se burlan de los clientes, cantan entre las mesas mientras te sirven, cuentan chistes cargados e incluso llegan a insultar a los comensales; razón quizá por la que siempre vive lleno el local.