Érase otra vez Rob Stark, un muchacho desdichado que no pudo reinar en Poniente porque en Juego de tronos no se andan con chiquitas y no tuvo precisamente la boda soñada. Traumatizado ante tanta crueldad gratuita hacia su regia estirpe el joven lobo (Richard Madden) acude henchido de esperanza a la llamada de Disney para participar nada más y nada menos que en la versión en carne y hueso de Cenicienta. Dirigido por la magistral batuta de Kenneth Branagh, experto en relatos con épica y moraleja, la empresa se convirtió en un proyecto mastodóntico con escenarios magníficos, vestuarios aún mejores y un resultado exitoso en taquilla prácticamente asegurado.
No parecía tarea sencilla hacer frente a la malvada madrastra cuando está interpretada por la gran Cate Blanchett; pero nuestro apreciado protagonista sabía que se involucraba en una película de Disney basada fielmente en una historia más que archiconocida, así que jugaba a caballo ganador en busca de otorgar esa segunda oportunidad a su maltrecha autoestima. Así las cosas, el pequeño lobo que reinó efímeramente alcanzó no sin esfuerzo y un zapato de cristal la felicidad con Cenicienta (Lily James, alias Lady Rose en Downton Abbey) y se olvidó de traumáticas bodas rojas para asentar su futuro en el azul principesco y comer perdices con guarnición de calabaza confitada junto a su bellísima alhaja de buen fondo y valiente corazón.
Y a juzgar por los resultados de toda índole no les ha salido nada mal el lifting del cuento con tanta fidelidad como aire fresco, enfatizando en diálogos, diversificando protagonismos y ubicando el canturreo en segundo plano. Ninguno de estos elementos de reciclaje desvirtúan la originaria cinta de animación, respetando ese espíritu cursi y relamido sello de la casa, para bien y para mal, con lo que los que tienen a Cenicienta como referente de algún tipo no se sentirán defraudados ante la personificación. Branagh acepta el reto de mostrar lo archiconocido, y a pesar de que no firma ni de lejos su trabajo más personal, realiza una labor de mercenario fílmico a la altura de la expectativas.
En el apartado técnico, aunque hayamos ya mencionado que lo mejor de la película son los fastuosos trajes y vestidos, podemos enmarcar lo meritorio de la presencia de los entrañables amigos animales de Cenicienta, a la que, por cierto, se le explica el origen de ese curioso nombre por primera vez.
Generalmente resulta del todo agotador ver la carencia de imaginación que impera en el mundo hollywoodiense para tener que echar mano constantemente del remake o del remake del remake, pero en contadas ocasiones esta recurrencia puede tornarse en virtud, y así lo aplaudimos. Lo que molesta es la desvergüenza, no la memoria ni el homenaje. Esta cinta familiar multiedad ha logrado no traspasar la línea roja, y con ello Disney ha logrado nuevamente su magia.
Dirección: Kenneth Branagh. Título original: Cinderella. País: USA. Género: Fantasía, romance. Intérpretes: Lily James (Ella), Richard Madden (Príncipe), Cate Blanchett (Madrastra), Holliday Grainger (Anastasia), Sophie McShera (Drisella), Helena Bonham Carter (Hada Madrina / mendiga), Derek Jacobi (Rey), Stellan Skarsgård (Gran Duque). Guión: Aline Brosh McKenna y Chris Weitz. Producción: David Barron y Simon Kinberg. Fotografía: Haris Zambarloukos. Diseño de producción: Dante Ferretti. Estreno en España: 27 Marzo 2015.