Todos los medios informativos catalanes, con excepción de la web españolista en internet La Voz de Barcelona, silencian las denuncias documentadas de corrupción contra los principales dirigentes autonómicos de Convèrgencia y Unió (CiU), que aparecen como saqueadores en otros diarios españoles.
Son revelaciones muy graves sobre la existencia de cuantiosas fortunas ocultas en Suiza de las familias de Jordi Pujol y Artus Mas, entre otras de dirigentes de CiU, conseguidas exigiendo comisiones por obras y negocios durante toda la democracia.
Pero en Cataluña los medios, todos altamente subvencionados por la Generalidad, rechazan como hooligans las acusaciones por venir de la “caverna y la Brunete mediática” madrileña, cuando fue esta la que descubrió los grandes casos de corrupción españoles, desde el Gal hasta el Gürtel o el de los ERE andaluces.
Para los medios catalanes la información es golpista, al menos para dos periódicos que fueron respetables el siglo pasado: La Vanguardia, antes Española, y El Periódico.
Ahora defienden el independentismo, acusan de ultraderechistas a los demócratas que lo rechazan, y denuncian como anticatalanes a los que descubren la corrupción de CiU.
De la neutralidad del pasado han llegado al forofismo de la mayoría de sus articulistas y editorialistas.
La Generalidad, así, es tratada con igual pasión patriotera que el Barça, lo que es comprensible porque deben corresponder a las crecientes ayudas económicas.
Se comparan la militancia de sus artículos políticos y la de las páginas deportivas sobre el Barça y se ve igual pasión lugareña y patriótica por “lo nuestro”.
Cuando se refieren al gobierno catalán frente al que gobierna toda España, naturalmente incluida Cataluña, protestan como los hooligans contra el sucio ensañamiento de España contra su región, con igual rabia con la que atacarían al Real Madrid si estuviera matando a patadas al Barça.
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SALAS ha huido