Esta parece ser una de las conclusiones del último informe ONUSUDA, con motivo del Día Mundial del sida. Por una parte, en el África subsahariana, las infecciones anuales han bajado un 26% desde 1997, principalmente gracias a la reducción del número de parejas sexuales, en particular entre los jóvenes, que también han retrasado la iniciación sexual.
Según podemos leer en un artículo de Aceprensa el informe destaca algunos ejemplos de éxito en la lucha frente al sida. En Camboya, donde el VIH se transmite principalmente por medio de la prostitución, el uso sistemático del preservativo en este ámbito ha hecho que las nuevas infecciones anuales bajen de unas 30.000 en 1995 a unas 2.000 en la actualidad. En Dacca (Bangladesh), gracias a un programa dirigido a los consumidores de drogas inyectables, la prevalencia del VIH en este grupo se ha reducido del 7% al 5,3% en los últimos cuatro años. En cambio, Rusia destina a las poblaciones más expuestas menos del 5% de su considerable presupuesto para la prevención del sida, y las nuevas infecciones no cesan de aumentar.
Pero no todo es miel sobre hijuelas. Los centros estadounidenses para el control de las enfermedades han estimado que los homosexuales varones representan un 61% de nuevas infecciones de VIH en los Estados Unidos de América, en tanto constituyen sólo el 2% del país de la población. En España, la transmisión homosexual es la más frecuente, seguida de la heterosexual y las drogas inyectadas. Según los datos de 2010, en el que han reportado información sobre el VIH 17 comunidades autónomas, la transmisión en HSH fue la más frecuente (46% de los casos), seguida de la heterosexual (33%) y de la que se produce entre usuarios de drogas inyectadas (6%).
La experiencia demuestra que no se puede mantenen una estrategia de prevención única. Por una parte, una atención especial a los grupos de riesgo y al mismo tiempo unas actividades básicas bien programadas, encaminadas a promover cambios en la conducta sexual.