UNA DE ROMANOS.-
No voy a entrar (hoy) en la discusión sobre las mayores o menores calidades de un film como “Gladiator”, de Ridley Scott: empiezo a sentir un cierto complejo de víctima —o de eso que siempre se ha calificado como abogado de causas perdidas— ante lo generalizada que está, entre mis “compinches” de “bloguerío”, una opinión bastante negativa acerca de una cinta que, para mí, sin llegar al nivel de obra maestra, sí que constituye una excelente muestra de cine-espectáculo (o, como diría aquel, “palomitero”...). En fin, pelillos a la mar... Lo que sí supongo que admite poca duda, a día de hoy, es que a la película del señor Scott le cabe el nada dudoso honor de haber revitalizado un género, el del peplum, al que, sin el tremendo éxito obtenido por ella, no le quedaba otro destino previsible que el de constituir un nostálgico recuerdo (muy socorrido, por cierto, para esos reportajes veraniegos, tan necesarios cuando la información escasea...) asociado a los cines de verano (y a alguna canción de Joaquín Sabina). Y que, sin ella, es muy probable que no estuviéramos hoy hablando de una película como “Centurión”.
Porque, en definitiva, “Centurión”, la última propuesta que llegará a nuestras pantallas del director británico Neil Marshall, no es ni más ni menos que eso: una de romanos; plagada, eso sí, de dosis de violencia, suciedad, sangre y adrenalina suficientes como para llenar no una, sino varias pantallas. Una propuesta, pues, nada complaciente con aquellos que no gusten de las emociones fuertes y de la acción a raudales, en un metraje bastante ajustado (con noventa minutos se basta el director para contarnos las cuitas entre romanos y pictos en el lejano territorio de la Britannia de los primeros siglos de nuestra era...) y con un diseño de producción que, sin llegar a los derroches a que, en los territorios de este género, nos tienen acostumbrados los grandes estudios usamericanos, ofrece un nivel bastante digno. Si a eso le añadimos un reparto en el que nombres como los de Michael Fassbender, Dominic West u Olga Kurylenko acreditan experiencia más que acrisolada en el género, pudiera ser que nos encontráramos ante uno de esos films destinados a pelear con toda solvencia en esa otra guerra, la de la taquilla, donde todos los fines de semana se libran batallas no por incruentas, menos duras. Habrá que verlo...
PRONÓSTICO: Pues no estaría de más echarle una visual...