Cervezas

Creo que no hay nada más refrescante y más alegre que una cerveza bien fria al sol. No quiero parecer una borrachuza pero es así. Me encanta beber cervezas al sol. Tiene que ser algo relacionado con la sensación de verano, de alegría, de playa. No lo sé. Pero me encanta.

También es importante la compañía con la que te tomas la cerveza. Por ejemplo, para mi la cerveza más importante de la semana es la que me tomo los domingos, por la compañía y porque me dan muy buenas cervezas. Y ahí es donde entra el tema de la edad, que es básicamente a lo que me refiero en este blog.

 Recuerdo cuando era adolescente que quedaba con las amigas en una cervecería que había entonces (El Barril, para los gaditanos) y pedíamos una cerveza para beber entre cinco (era lo más barato). Alguien nos dijo que si echabas ceniza de cigarro en la cerveza cogías un puntito muy bueno y allá ibamos, bebiendo esa porqueria que era una mezcla de cerveza, babas y ceniza. Ahora lo pienso y lo que me entran son ganas de vomitar. Pero entonces nos sentíamos muy realizadas. Ya ves. Luego ya con los años se inventó el botellón, pero eso es otra historia.

Ahora resulta que me he vuelto sibarita con las cervezas. Estoy pendiente de hacer un curso de cata y todo. Que cosas. Pero el concepto en si no varía. La cerveza, para mi, es alegría, refrescante, sol, aceitunas, patatitas, amigos, verano (o invierno), playa, no sé. Un cúmulo de sensaciones que no sabría describir. A ver si es que estoy enganchada, que no sé si preocuparme.

Mi teoría es que una cerveza fría al sol es mucho mejor que un lexatín para pasar una crisis (sobre todo porque si tomas lexatín no puedes beber cerveza). Eso si, todo con moderación. Que os voy a contar si ya todos lo sabéis : beber en exceso es malo. Si bebes no conduzcas, y lo decía un ciego. Que irónica es la vida.

Encima me acabo de enterar que una cerveza es buenísima para todo, para todo todo. Para la hidratación, para el riñón, para el colesterol, para los huesos, para la menopausia, para todo. Si es que además de hacerme feliz la cerveza me va a hacer estar sana mucho tiempo. ¡Qué más puedo pedir!. Tal como está la seguridad social lo mejor que puedo hacer es beber cerveza, por si acaso.

 Total, que ha llegado la primavera, que me voy a la playa, que me voy a tomar una cerveza fría con aceitunas. Que felicidad, ¿verdad?. Espero que cuando llegue al bar y le pida al camarero: “Una cerveza, por favor”, el hombre no me conteste: “¿Una cervecita?”. Porque no soporto que me hablen en diminutivos. Ya hablaremos de esto. Ahora no quiero que nada ni nadie me fastidie este momento feliz.
Ups … está lloviendo… bueno pues la cerveza me la tomo de todas formas.

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