Tenéis que perdonar nuestra ausencia de esta semana pasada pero es que ¡nos hemos mudado!. Sí, el chef y yo tenemos nueva cocina (una muy "cuqui") donde prepararemos nuestras cositas dulces y nuevos rincones donde ahogaremos nuestras penas en azúcar y donde nos tiraremos a pasar el empacho.
La verdad es que, al ser los primeros días, al chef le está costando un poco adaptarse (y a servidora, todo sea dicho). Nuevo barrio, nuevas esquinas que olfatear y....¡¡Nuevo pinche!!.
Sí, además de nueva casita, tenemos un pinche nuevo en nuestra cocina. Un peludito nuevo en nuestra cocina. ¡Poty! =)
Poty es el peque de la familia. Lo adoptamos la semana pasada y ahora, es como si llevase toda la vida con nosotros. Aunque al chef no le hace mucha gracia la nueva juventud que viene pisando fuerte, creo que se van a llevar bien. El chef siempre me reclamaba otro pinche que le ayudase a limpiar en la cocina (y lo que lo voy a agradecer yo cuando el chef arme de las suyas). Un par de patitas más para luchar contra el Sombrerero Loco cuando apareciese...
Os dejamos con la intriga de descubrir cómo es Poti para el final del post ;)
La verdad es que, todavía no nos hemos puesto a cocinar los 3 en serio. Este cheesecake es del verano y lo teníamos guardado en los "por-si-acas".
"Por-si-acas" un día no nos da tiempo a hacer receta y publicarla.
"Por-si-aca" el chef está vago y no le apetece cocinar, ni ná.
"Por-si-aca" se nos estropea el horno.
"Por-si-aca" sufrimos una invasión zombie.
Ya sabéis, esas cosas.
Pero, aún siendo una receta de "por-si-acas", es una de nuestras recetas favoritas.
<<¿Qué vais a decir vosotros?>>, pensaréis, <<Si a vosotros os sobornan con dulce...>> Seguiréis pensando.
Y pensáis bien. Pero esta vez es verdad.
Se juntan dos de nuestras pasiones en el dulce: los cheesecakes y el chocolate blanco.
De ahí sólo podía salir algo bueno.
Para la base (molde de 21 cm.):
~Paquete y medio de galletas rectangulares (de este tipo)
~175 grs. de mantequilla sin sal
Para el relleno:
~600 grs. de queso mascarpone
~300 grs. de chocolate blanco de buena calidad
~75 ml. de nata para montar
~2 huevos L
~200 grs. de azúcar moreno
~2 cucharaditas de extracto de vainilla (o una de vainilla en pasta)
Para la decoración:
~Cerezas o fruta (opcional)
~Caramelo líquido (opcional)
~Chocolate blanco y leche
De la base:
~Precalentamos el horno, con calor arriba y abajo, a 180º (sin ventilador) o 170º (con ventilador), y ponemos papel vegetal o de horno en el fondo del molde que vayamos a usar.
~Trituramos las galletas hasta que quede un polvo fino y uniforme y calentamos la mantequilla hasta que se derrita. Juntamos ambas cosas y mezclamos bien para obtener una pasta homogenea que sea manejable.
~Pondremos esta mezcla en la base del molde ya forrado con papel, apretando bien en el fondo y los laterales. Llevamos el molde al congelador mientras hacemos el relleno.
Del relleno:
~Por un lado, batimos los huevos ligeramente y le incorporamos la nata, batiendo de nuevo hasta que quede una mezcla homogénea a la que añadiremos entonces el azúcar, batiendo unos 5 minutos hasta que se disuelva y se integre bien.
~Por otro lado, derretimos el chocolate, con cuidado de que no se queme, dejándolo templar entre tanto.
~Batimos ahora el queso por separado, hasta que quede bien cremoso, y añadimos el chocolate ya templado.
~A continuación, añadiremos la mezcla de huevos y nata y el extracto de vainilla, y batiremos de nuevo con las varillas hasta que la mezcla quede homogénea.
~Sacamos nuestro molde del congelador y vertemos la mezcla de cheesecake en él. Bajamos la temperatura del horno a 160º y ponemos nuestro molde en un recipiente con agua que le llegue hasta la mitad (para hacer un baño maría en el horno), y horneamos de esta manera y a esta temperatura durante unos 50-55 minutos. Podéis comprobar que está hecho pinchando con un palillo, como hacemos con un bizcocho, no os saldrá completamente limpio pero se verá que no está líquido cuando ya está hecho (ya que, el cheesecake acaba de hacerse en la nevera, cuando enfría por completo).
~Pasado este tiempo y con nuestro cheesecake ya cocido, sacamos (evitando corrientes de aire),y lo dejamos enfriar 5 minutos sobre rejilla. Luego, pasaremos una espátula por los bordes para despegarlo y dejaremos enfriar por completo, sin desmoldar, sobre la rejilla antes de meterlo en la nevera donde estará de un día para otro antes de que podamos desmoldarlo. Si no tenéis tiempo, o sois unos golosones como nosotros y no podéis resistiros a probarlo, deberéis dejarlo al menos 3 horas en la nevera para que no se rompa al desmoldarlo y quede bien hecho.
De la decoración:
~Cuando desmoldemos nuestro cheesecake, podemos decorarlo con más chocolate blanco, (como hemos hecho nosotros), y un poco de caramelo, o frutas, o mermelada. Lo que más os apetezca porque este cheesecake admite muuuuchas cosicas por encima y con todas está "weno" =)
~Si optáis por más chocolate blanco (buena elección), lo derretiréis con un poquito de leche y, dejándolo templar un par de minutos, se lo echaréis por encima a vuestro cheesecake...Venga, hay que aguantarse sólo un par de minujetos antes de comerlo para decorarlo ;)
~Este cheesecake no se merece menos de 10 guaus, y el chef perruno que diga lo contrario, miente vilmente, ¡¡gruff!!.
A estas alturas esperamos que estéis precalentando el horno y rebuscando por la nevera y la despensa si tenéis queso y chocolate para la receta y además, que estéis guau-intrigados por descubrir cómo es el nuevo pinche de la casa (que no nos deja dormir por las noches)...