El sombrero de lado, sombrero de copa. Hambre de ayer que hoy es desidia e infinito cansancio por todos nosotros. Las mallas negras por uso ametralladas, los hilos de bruja cubren tu rostro de tres estaciones. Escotada camisola de terciopelo raspado por la inclemente ciudad que te señala, repudiada.
No, no queda nadie de todas esas noches de rock, excepto tú, una centella tramposa.
Chica eléctrica