Revista Ciencia

Chicxulub y los dinosaurios

Por Alma Ruiz Velasco @almaruizvelasco

El año antepasado estuve nadando sobre el cráter que dejó un meteorito hace 66 millones de años; En aquél momento no lo sabía.

Progreso

Los primeros dinosaurios caminaron sobre la Tierra hace más de 230 millones de años, y sus fósiles se encuentran solamente en las capas del subsuelo que comprenden los períodos Triásico, Jurásico y Cretácico. Los últimos fósiles desaparecen repentinamente, lo que supone un evento de extinción masiva al final de la era Mesozoica.

La clave de este misterio se encuentra enterrada bajo varias capas de sedimentos en la península de Yucatán, México. El puerto de Chicxulub es el centro de un cráter gigantesco formado por el impacto de un asteroide que terminó con el reinado de los dinosaurios. Hoy es un lugar tranquilo con aguas azules y un puente que conecta una terminal marítima de carga con la península, pero hace algunos (millones de) años fue el punto inicial de una de las mayores catástrofes que se hayan registrado sobre la Tierra.

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El descubrimiento

  Allá en la década de los 50′s  la compañía PEMEX prospectaba la península de Yucatan en busca de petróleo cuando se topó con algo mucho más interesante:  en la zona existían irregularidades gravitacionales en forma de anillos concéntricos. También encontró un tipo de roca que solo se forma a altas temperaturas. Esto último les hizo pensar que bajo la península debía haber un volcán. Como los volcanes no tienen petróleo, abandonaron las perforaciones.

La siguiente pista vendría de la superficie: una muy ligera elevación en el terreno delineada por un anillo de cenotes que coincidía con las anomalías gravitacionales. Los geofísicos Antonio Camargo Zanoguera y Glen Penfield,  que también trabajaban para PEMEX, encontraron años después unos bizarros campos magnéticos en el centro de la anomalía gravitacional y se les ocurrió que en lugar de un volcán lo que yacía bajo toda esa roca ígnea era un crater de impacto.

Los estudios subsecuentes determinaron que el cráter tenía un primer anillo de 20 kilómetros de radio, seguido por otros dos de 35 y 60 kilómetros respectivamente. En total, el crater tenía una extensión de 200 kilómetros de diámetro y 25 kilómetros de profundidad. En el borde más externo se encontraba el anillo de cenotes, que pudo ser formado al fracturarse la base de piedra caliza que forma el terreno en esta región.

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Mapa del gradiente gravitacional que se observa en el crater de Chicxulub. Los puntos blancos son cenotes y coinciden con el borde del crater. Imagen tomada del artículo de Urrutia-Fucugauchi y colaboradores (ver nota al final).

La abundancia de iridio en la transición K-T

Mientras tanto, el premio Nobel de física Luis Alvarez, junto con su hijo Walter encontraron en 1980 que entre las capas sedimentarias que dividen el período Cretácico del Paleógeno (conocida como el límite K-Pg por sus siglas en alemán “Kreide-Paläogen”) había una capa de arcilla rica en iridio. El iridio es un material poco común en la corteza terrestre, pero abundante en los asteroides. Además del iridio, esta capa de arcilla tenía materiales que solo se producen en condiciones de temperatura y presión extremas como diamantes, cuarzos y roca fundida. Esta característica se observa independientemente del lugar de planeta donde se tome la muestra.  Los Alvarez son los primeros en proponer que la extinción de los dinosaurios fue causada por el impacto de un asteroide. Como la capa de arcilla es mas gruesa en Norteamérica y había huellas de tsunamis antiguos en las costas del mar Caribe, se planteó que el crater de impacto debería encontrarse en algún lugar del Golfo de México. Incluso propusieron que el tamaño del objeto habría sido de alrededor de 10 kilómetros, y que debió haber producido un crater de 200 kilómetros de diámetro.

Caso resuelto

¿Cómo saben que ese cráter fue del asteroide que terminó con los dinosaurios? Aunque el diámetro del cráter coincide asombrosamente con lo predicho por los Alvarez, esto no era suficiente para convencer a los geólogos y a los paleontólogos de entonces, pero poco a poco la evidencia ha ido ganando terreno. Se han hecho perforaciones muy profundas, en algunos lugares de hasta 3500 metros (¿recuerdan que buscaban petróleo?) y han encontrado que el cráter está formado por cuatro capas bien definidas: la primera alberga fósiles característicos de la época previa a la extinción; la segunda no contiene casi material fósil, indicando una época en la que no había muchas criaturas correteando por ahí; la tercera esta formada por material residual de la explosión y roca fundida; la última muestra fósiles distintos y sedimentos más recientes.

Pero tal vez el punto más contundente sea la edad del cráter.  El año pasado un grupo de geólogos del Berkeley Geochronology Center encabezado por Paul Renne utilizaron una técnica muy precisa de datación radiométrica que mide la cantidad de Argón-40 que existe en una muestra para calcular la edad del crater y encontraron que tenía una antigüedad de 66,038,000 años. Esta asombrosa coincidencia con la edad aceptada de 66 millones de años para la transición K-Pg ha terminado con la controversia.

¿Qué mató realmente a los dinosaurios?

En un día desafortunado, una montaña espacial de 10 kilómetros que deambulaba por el Sistema Solar se acercaría irremediablemente a la Tierra. Al entrar en la atmósfera con una velocidad de 20 kilómetros por segundo comprimiría el aire calentándolo,  generando una onda de choque y liberando una energía equivalente a 300 millones de megatones. Aquellos dinosaurios, con todo y sus cerebros de pollo, seguramente notarían que una enorme bola de fuego 30 veces mas brillante que el Sol se les venía encima. Algunos seguramente corrieron por sus vidas, pero en pocos minutos todo quedaría envuelto en llamas. Un terremoto de mas de 10 grados en la escala de Richter sacudiría la región, provocando tsunamis alrededor del planeta.

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Imagen cortesía de spaceplace.nasa.gov

El choque evaporaría el asteroide y levantaría una cortina de polvo y ceniza incandescente que llegaría hasta  la estratosfera, bloqueando la luz solar por varios años. Las plantas no podrían realizar su fotosíntesis y morirían. Los  herbívoros no tendrían que comer y morirían. Los carnívoros también se quedarían sin comida y… todos murieron.

No los mató el impacto. Bueno, no a todos, solo a los que estaban cerca. A los que estaban mas lejos, incluso en otro continente, los mató el hambre. Después de todo ¿cuánto tiempo puede aguantar sin comer un Tyrannosaurus rex de ocho toneladas? No iba a sobrevivir comiendo ardillas prehistóricas. Solo quedaron algunos animales pequeños cuya fuente de alimento no estaba comprometida: Aves, mamíferos, insectos, moluscos y carroñeros. Los cocodrilos actuales pertenecen a esta última categoría y son los únicos descendiente de los grandes reptiles que existieron en aquella época.

Otros eventos subsecuentes afectarían a los seres vivos por varios años produciendo una extinción paulatina del 75% de las especies de esa época: El extraordinario golpe en la corteza terrestre desencadenaría erupciones volcánicas, incendios forestales, liberación de gases de efecto invernadero, lluvia ácida, descenso del nivel del mar y la acidificación de los océanos. ¿Algo de esto les suena conocido?

La extinción de los dinosaurios dio lugar a que los mamíferos se desarrollaran y eventualmente (65 millones de años después) los humanos camináramos sobre la Tierra.

¿Estamos en peligro de morir igual que los dinosaurios? seguramente. No necesitamos que nos caiga un asteroide encima, con tanta contaminación producida, irónicamente, al quemar petróleo (restos de dinosaurios) nos estamos dirigiendo a un destino similar.

Notas:

* El artículo de Jaime Urrutia-Fucugauchi: The Chicxulub multi-ring impact crater, Yucatan carbonate platform, Gulf of Mexico.

* El artículo de Luis Alvarez: Extraterrestrial Cause for the Cretaceous-Tertiary Extinction

* La bomba de Nagasaki liberó una energía de 40 kilotones.

* Sobre las características del impacto, pueden consultar la página Impact Earth


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